Un momento de consuelo

Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. 2 CORINTIOS 1:4 

Una joven estaba sentada con la cabeza inclinada mientras las lágrimas le corrían por las mejillas y el dolor y el peso de la pérdida la atenazaban. Acudió al Señor en busca de ayuda, del mismo modo que un niño llora para que su madre acuda. El consuelo del Señor le llegó casi de inmediato. Fue como si alguien le hubiera quitado un peso físico de encima, y un soplo de esperanza la embargó.

¿Estás pasando por un tiempo de duelo? Quizá has perdido una parte muy importante de tu vida: un trabajo, una amistad o un ser querido. Eclesiastés nos dice que hay tiempo para llorar y tiempo para reír, tiempo para entristecerse y tiempo para bailar. En los pocos años que pasamos en este planeta experimentaremos temporadas de gran gozo y momentos en los que necesitamos el consuelo y la paz de Dios más que el aire que respiramos. ¿Puedes recibir hoy este consuelo? Llegará el día en el que Dios usará tu sufrimiento para llevar ánimos y esperanza a los demás.

Oración:
Te estoy muy agradecida porque, en mi momento de tristeza, tú me ofreces consuelo. Te pido que alivies el dolor de mi corazón y que lo recibas, Señor, en el nombre de Jesús.


A Time for Comfort

He comforts us in all our troubles so that we can comfort others. When they are troubled, we will be able to give them the same comfort God has given us. 2 CORINTHIANS 1:4

A young woman sat with head bowed and tears flowing, the heaviness and pain of loss weighing her down. She cried out to the Lord for help as a child cries out for her mother. Almost immediately, God’s comfort came. It was as though a tangible weight lifted and a breath of hope settled.

Are you in a time of mourning? Perhaps you’ve lost a big piece of your life—your job, a friendship, or a loved one. Ecclesiastes tells us, “There is a time to weep and a time to laugh, a time to mourn and a time to dance.” In the brief years we spend on this planet, we experience seasons of great joy and seasons when we need God’s comfort and peace more than the air we breathe. Can you receive it today? One day, God will use your suffering to bring encouragement and hope to others.

Prayer:
I am so thankful that in my time of sorrow, you offer me comfort. I ask for relief from my heartache and receive it, Lord, in Jesus’ name.