«No se preocupen por su vida».
MATEO 6:25
La ansiedad es un problema al que todos nos enfrentamos en un momento u otro. Genera en nosotros un sentimiento perturbador e incierto que nos hace pensar: ¿Y ahora qué? Es una sensación de que nos han movido el piso y no tenemos ni idea de si caeremos y con qué fuerza.
Para muchas personas, la preocupación se ha convertido en una forma de vida. Viven en un estado de incertidumbre y miedo constante. Si eso te describe, te animo a recordar lo que Jesús enseñó en el Sermón del monte. Dijo: «No se preocupen» (Mateo 6:34). No es una sugerencia, es una orden. Es posible que digas: «Pero no puedo evitar sentirme ansioso; ¡siempre me he preocupado!». Eso me lo han dicho muchas personas a lo largo de los años. Mi respuesta siempre es: «Sí puedes».
No hay nada en una circunstancia que genere ansiedad automáticamente. Más bien, el miedo surge por la forma en que percibes un problema. Pero la capacidad de elegir forma parte del don de Dios a todo ser humano. Puedes decidir cómo te sientes, en qué piensas y cómo vas a responder. Puedes decidir no preocuparte. Así que toma la decisión de confiar en el Señor en lugar de centrarte en tus circunstancias.
Oración:
Jesús, quiero ser una persona de fe audaz y confiada, en vez de alguien preocupado. Pongo mis ojos en ti. Amén.
Don’t Worry
“Do not be worried about your life.”
MATTHEW 6:25
Anxiety is a problem we all face at one time or another. It produces in us a distracted, uncertain feeling of, What next? It is a sense that the rug has been pulled out from under us and we have no idea if and how hard we’ll fall.
For many people, worry has become a way of life. They live in a state of uncertainty and constant fear. If that describes you, I encourage you to remember what Jesus taught during the Sermon on the Mount. He said, “Do not worry” (Matthew 6:34). This is not a suggestion; it is a command. You may say, “But I can’t help feeling anxious; I’ve always been a worrier!” I’ve heard that from many people throughout the years. My response is always, “Yes, you can.”
There’s nothing about a circumstance that automatically creates anxiety. Rather, fear occurs because of the way you perceive a problem. But the ability to choose is part of God’s gift to every human being.
You can decide how you feel, what you think about, and how you will respond. You can decide not to worry. So resolve to trust the Lord rather than focusing on your circumstances.
Prayer:
Jesus, I want to be a person of bold, confident faith rather than a worrier. I set my eyes on You. Amen.