No es en tus fuerzas

Ahora ya sabemos que estamos en medio de una batalla. Una que tendrá lugar mientras vivamos. Un punto clave a tomar en cuenta para prevalecer, es que no podemos pretender luchar con nuestras propias fuerzas. De hecho, esto es imposible. Nuestros enemigos son espirituales, así que deben vencerse con poder espiritual. Cristo venció al enemigo en el desierto, mientras enfrentaba una gran debilidad por no ingerir alimento durante mucho tiempo. 

Dios nos ha provisto de su Espíritu, y nos dice que nos revistamos de Él para poder resistir en el día malo. Es necesario a que aprendamos a depender totalmente de Él. Esto significa eliminar toda presunción de capacidad propia para hacer frente a las fuerzas que luchan en contra nuestra. Debemos reconocer que en algún punto de nuestra vida somos frágiles y propensos a caer, y que, por tanto, debemos controlar nuestros impulsos para que éstos no nos controlen a nosotros.

Las maneras prácticas de aplicar la dependencia total tienen que ver con nuestras disciplinas espirituales (apartar tiempo para orar a Dios varias veces al día, leer y escudriñar su Palabra diariamente, congregarse en la iglesia local y ser un miembro activo, ayunar, etc.). Una vida espiritual fuerte nos irá conformando cada vez más a la imagen de Cristo, por medio del fruto que el Espíritu Santo produce en nosotros, e irá ayudándonos a eliminar aquellas cosas que se convierten en barreras para tener una verdadera comunión con Dios. Se trata de un proceso continuo que culminará hasta que Cristo venga. 

Dios nos demanda en ser llenos del Espíritu Santo. Cuando Jesús terminó su periodo de ayuno, El Espíritu le concedió poder y autoridad sobre los poderes del enemigo. De la misma manera, Dios nos dice que seamos llenos de su Espíritu. 

Recuerde, no estamos solos en esta lucha. Dios mismo habita en nosotros, pues ahora somos templo de su Espíritu. Nosotros mismos podemos identificar en nosotros mismos qué tan controlados por el Espíritu estamos, pues, como árboles, hemos de dar buen o mal fruto. 

¿Practica usted las disciplinas espirituales mencionadas?

¿Ha sido recurrente en algún tipo de pecado?

¿Está dependiendo de Dios o está luchando en sus propias fuerzas?

¿Qué clase de fruto estas mostrando; un buen o un mal fruto?

Oración:
Bendito Dios, nada podemos hacer sin ti, tu eres nuestra fuerza y fortaleza en nuestras debilidades, necesitamos que nos llenes cada dia mas de tu Santo Espíritu, de tu justicia y tu paz, queremos dar buenos frutos y hacer tu voluntad, en el nombre de Jesús, ¡Amén!


It’s not in your strength

Now we know we’re in the middle of a battle. One that will take place during our lifetime. A key point to take into account in order to prevail is that we cannot pretend to fight with our own strength. In fact, this is impossible. Our enemies are spiritual, so we must overcome themselves with spiritual power. Christ defeated the enemy in the wilderness, facing great weakness for not eating food for a long time.

God has provided us with His Spirit, and tells us to look at Him so that we can resist on a bad day. It is necessary for us to learn to depend entirely on Him. This means eliminating any presumption of our own capacity to cope with the forces fighting against us. We must recognize that at some point in our life we are fragile and prone to fall, and that we must therefore control our impulses so that they do not control us.

The practical ways of applying total dependence are about our spiritual disciplines (taking time to pray to God several times a day, reading and scrutinize His Word daily, gathering in the local church and being an active member, fasting, etc.). A strong spiritual life will increasingly conform us to the image of Christ, through the fruit that the Holy Spirit produces in us, and will help us to eliminate those things that become barriers to true communion with God. It is an ongoing process that will culminate until Christ comes.
God demands us to be filled with the Holy Spirit. When Jesus finished his fasting period, the Spirit granted him power and authority over the powers of the enemy. Likewise, God tells us to be filled with His Spirit.
Remember, we are not alone in this struggle. God Himself dwells in us, for we are now the temple of His Spirit. We ourselves can identify in ourselves how much controlled by the Spirit and like trees, we are to bear good or evil fruit.

Do you practice the above spiritual disciplines?

Have you been recurring in any kind of sin?

Are you depending on God or are you fighting in your own strength?

What kind of fruit are you showing; a good fruit or a bad fruit?

Prayer:
Blessed God, nothing can be done without you, you are our strength and you strengthen us in our weaknesses, we need you to fill us every day more of your Holy Spirit, your righteousness and your peace, we want to bear good fruit and do your will, in the name of Jesus, Amen!