Mi refugio

Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo. Porque tú eres mi refugio, mi baluarte contra el enemigo.
SALMO 61:2-3 (BAD) 

Cuando las heridas emocionales que tanto tiempo llevaban enterradas vuelven a resurgir, pasan de ser cicatrices del pasado a convertirse en enormes y candentes llagas nuevas, abiertas en carne viva. Ninguna venda terrenal puede sanar por completo este dolor. Necesitamos el toque de Dios, el bálsamo de su ternura, en nosotros. Duele, pero él es nuestro escondite seguro: un refugio cuando tenemos demasiado miedo de pasar por todo este dolor.

Permanecer en su seguridad y dejar la herida abierta es la parte más difícil. Tenemos que verla, sentirla y permitir que Dios nos acompañe en todo el proceso de sanación. Y puede que esto lleve algún tiempo. Pero él es un Padre amoroso, digno y compasivo, cuyo tratamiento arranca toda infección y enfermedad para que la herida cicatrice bien. Estamos a salvo bajo su cuidado; él promete protegernos.

Oración:
Señor, creo que soy preciosa para ti. Tú me proteges con pasión, me eres eternamente fiel y es imposible escapar a tu amor. Te traigo todo mi dolor, mis heridas, mis remordimientos y mi llagas para que tú me puedas sanar y recomponer. Hoy me refugio en tus brazos.


Hiding Place

Wherever I am, though far away at the ends of the earth, I will cry to you for help. When my heart is faint and overwhelmed, lead me to the mighty, towering Rock of safety. For you are my refuge, a high tower where my enemies can never reach me. 
PSALM 61:2-3 TLB 

When emotional injuries that were buried long ago come to the surface of life, they transform from past scars to raw, gaping wounds, brand new and scorching. Earthly bandages cannot completely heal the pain. We need God’s touch, the balm of his tenderness, upon us. It aches, but he is a safe hiding place—a refuge when we are afraid to walk through the pain.

Abiding in his safety and leaving the wound open is the hardest part. We have to see it, feel it, and let God walk us through the healing process. And that might take time. But he is a loving, worthy, compassionate Father, whose treatment roots out all infection and disease so that the scars can remain healed. We are safe when we are in his care, and he promises to protect us.


Prayer:
Lord, I believe that I am precious to you. You are fiercely protective, eternally faithful, and your love is inescapable. I bring you all of my hurt, pain, regret, and brokenness so you can heal me and put me back together. I take refuge in your arms today.