Libres verdaderamente

<Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres>.

JUAN 8:36

Jesucristo es el gran emancipador. Vino a librarnos, no necesariamente de la tiranía política o militar, aunque a veces ocurra, sino de las peores garras del pecado y su destrucción eterna. Cuando abrazas a Cristo como tu Salvador y Señor, eres librado de inmediato de la pena del pecado: la muerte eterna. Pero eso es solo el principio. Cristo también vino a libe- rarte del poder del pecado, que aún esclaviza tus emociones, tu voluntad y tu personalidad.

Eso se debe a que la verdadera libertad es espiritual. La opresión que experimentamos debido al pecado no se puede medicar, combatir ni legislar, porque las medidas terrenales no la afectan. En cambio, esa libertad solo puede recibirse como un don de Dios. Y eso marca la diferencia en el mundo, dondequiera que te encuentres, ya sea con autonomía política ○ detrás de muros de alambre de púas, en tu casa o en un campo de prisioneros, con éxito o soportando la injusticia. Nadie puede sofocar, regular o ejecutar la libertad de Cristo en ti, la cual trae la emancipación definitiva.

Jesús quiere que experimentes la vida más maravillosa que puedas imaginar: la que expresa a través de ti. Así que vuelve a centrar tu búsqueda de libertad en Él y serás realmente libre.

Oración: Jesús, gracias por hacerme verdaderamente libre. Llévame a la plenitud de tu libertad. Amén.


Free Indeed

“If the Son makes you free,you will be free indeed.”

JOHN 8:36

Jesus Christ is the Great Emancipator. He came to set us free-not necessarily from political or military tyranny, though that is sometimes the case- -but from the far worse grip of sin and its everlasting destruc- tion. When you embrace Christ as your Savior and Lord, you are liberated immediately from the penalty of sin-eternal death. But that’s only the beginning. Christ also came to un- shackle you from sin’s power, which still en- slaves your emotions, will, and personality.

This is because true freedom is spiritual. The oppression we experience due to sin cannot be medicated, fought off, or legislated into submission, because earthly measures cannot touch it. Instead, this liberty can be received only as a gift from God. And it makes all the difference in the world wherever you are whether with political autonomy or behind barbed-wire walls, at home or within a prison camp, in success or while enduring injustice. Christ’s freedom in you cannot be stifled, regulated, or executed. His is the ultimate emancipation.

Jesus wants you to experience the most wonderful life you can imagine- -His life expressed through you. So refocus your quest for liberty on Him, and you will be free in- deed.

Oración:

Jesus, thank You for truly setting me free. Lead me into the fullness of Your liberty. Amen