La vida victoriosa

A Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

1 CORINTIOS 15:57

Esta es la esencia de la vida abundante que Jesús te da: puedes soportar y superar cualquier situación porque estás unido de manera inseparable al Señor Jesucristo, que ha vencido con gran victoria a las fuerzas del pecado y la muerte. Pablo escribió que quería conocer al Salvador en «el poder de Su resurrección» (Filipenses 3:10). Anhelaba experimentar en su ser el poder sobrenatural de Cristo cada día, el tipo de poder que no teme a ningún enemigo ni obstáculo porque el Señor Dios ha mostrado su triunfo sobre todos ellos a través de la tumba vacía. Nada es demasiado difícil para Él.

Para ti, es una realidad a través de tu unión indivisible con Jesús resucitado. Tu vida también puede ser victoriosa. Pero entiende que no vences por fuerza de voluntad o pensamiento positivo, sino por sumisión y confianza en el Espíritu triunfante de Dios que vive en ti.

Así que reclámalo. ¡La victoria es tuya! Puede que no llegue de inmediato, pero se afianza a medida que caminas con Jesús, le obedeces y confías en su sabiduría y su poder. Tu vida cristiana será abundante cuando dejes de enfocarte en tu propio esfuerzo y te centres en el poder conquistador de la resurrección de Cristo, en quien está tu esperanza y tu camino hacia el mayor triunfo.

Oración:

Jesús, en ti siempre está mi victoria. Amén.


The Victorious Life

Thanks be to God, who gives us the victory through our Lord Jesus Christ.
1 CORINTHIANS 15:57



This is the essence of the abundant life Jesus gives you: you can endure and overcome any situation because you are joined inseparably to the Lord Jesus Christ, who has victoriously conquered the forces of sin and death. Paul wrote that he wanted to know the Savior in “the power of His resurrection” (Philippians 3:10). He longed to experience the indwelling, supernatural might of Christ day by day—the kind that fears no foe or obstacle because the Lord God has been proven triumphant over them all through the empty tomb. Nothing is too difficult for Him.

For you, that is a reality through your indivisible union with the risen Jesus. Your life can be victorious as well. But understand that you overcome not by willpower or positive thinking but by submission to and reliance on the triumphant Spirit of God in you.

So claim it—victory is yours! It may not arrive instantly, but it takes hold as you walk with Jesus, obey Him, and trust in His wisdom and power. The Christian life will be abundant as you shift your focus from self-effort to the all-conquering resurrection might of Christ Jesus, within whom is your hope and your path to the greatest triumph.

Prayer:
Jesus, in You is my victory always. Amen.