Marcos 5:27-30
cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
Esta mujer sufrió de una emorragia continua por 12 años. Probablemente estuviera delgada y débil. A causa de la impureza ritual que rodeaba esa condición, muy probablemente ella no apareciera en público a menudo. Imagine lo que es pasar doce años así. Una mujer era considerada impura durante solo siete días cuando tenía su período regular (Levítico 15:19). Esta mujer sobrellevó no solo los inconvenientes propios de la menstruación, sino la maldición de ser considerada impura por doce años.
Cualquier lugar en el que se sentara en su casa se convierte en impuro, lo mismo que si ocupa algún asiento en la casa de un vecino o en un lugar público. Antes de que haya pasado mucho tiempo, todos son conscientes de su impureza y nadie desea estar cerca de ella.
Además había gastado todo su dinero en medicos sin encontrar la sanidad, en medio de su agonia, ya que su enfermedad parecía imposible de curar se encuentra con el Dios de los imposibles.
Lo que los doctores no pudieron hacer, Jesús lo hizo. Sin remedios repulsivos o dolorosos. Sin tener que realizar visitas a los médicos, que estaban más interesados en el rédito económico que en curarla. Con apenas el suave y amoroso toque de su manto, ella fue sanada. Curada. Liberada. ¡Y de inmediato!
▪︎Esta mujer tuvo un espíritu atrevido, arrebato su milagro, sin importar lo que le podría pasar por estar en medio de la multitud de gente, se arrastra y alcanza el manto del Señor, diciendo:
Marcos 5:28
…Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
▪︎Su fe hizo que al ella tocar el manto, saliera poder de Jesús, el Señor al darse cuenta, silenció a la multitud haciendo una pregunta extraña: —¿Quién me ha tocado? —¿Qué quién lo ha tocado? ¡Debe estar bromeando! —murmuraron muchos—. ¡Si la gente empuja y se estrujan unos a otros por acercarse a él! Ahora temblando, la mujer cayó a sus pies: —Durante doce años he sufrido de hemorragias y he gastado todo mi dinero en médicos pero solo empeoré. Pero en lugar de reprenderla y avergonzarla, Jesús la alabó: —Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz y queda sana de tu aflicción. Sus palabras deben de haber sido como agua que rompía un dique; irrumpió en su aislamiento y la liberó. Él no se había dirigido a ella de una manera brusca, sino con ternura; no considerándola una «mujer» ni una «pecadora», sino más bien una «hija». Ya no estaba sola, sino que era parte de su familia por virtud de la fe. Ese día, incontables hombres y mujeres habían estrujado y apretado a Jesús, pero solo una persona lo había tocado en verdad. Y en lugar de haberse contaminado por el contacto con ella, el toque de él demostró tener más poder de contagio, al hacerla pura y restaurarla otra vez.
Aunque fue difícil para ella este recorrido en su vida con esta enfermedad por doce años, llegó el momento de recibir su bendición.
Eclesiastés 3:1
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Ahora nosotras después de los 21 dias de ayuno, “Levantate y Ruge ” 🦁 continuemos con nuestro corazón en el Señor Jesús, aunque tengas momentos que te falta la fe, pidele al Espíritu Santo que tome lo poco que tienes y lo avive hasta que se vuelva una llama; porque tú milagro esta en camino y sin dudarlo más adoralo, ya que sólo el merece toda la gloria y la honra.
Celebra a llegado tu tiempo!
Oración:
Perdoname Señor porque en todo este tiempo que he estado esperando la respuesta a mi oración, he dudado.
Enciende esa llama que va en aumento y no se apaga en mi y todo lo que necesito para ser una mujer de reino, es avivado por el poder de tu Santo Espíritu.
Me levanto a ser la Leona de tu reino caminando por fe, no por vista, resistiendo al enemigo para que huya de mi vida y mi familia, arrebatando mi milagro con el mismo sonido de tu rugir León de Juda, porque en ti está mi victoria. En el nombre de Jesús. Amén!
The woman with the issue of blood
Mark 5: 27-30
when she heard about Jesus, she came up behind the crowd, and touched his robe. Because she said: If I only touch his mantle, I will be saved. And immediately the fountain of her blood dried up; and she felt in her body that she was healed from that scourge. Then Jesus, knowing in himself the power that had gone forth from him, turning to the crowd, said: Who has touched my clothes?
This woman suffered from continuous bleeding for 12 years. She was probably thin and weak. Because of the ritual impurity surrounding that condition, she most likely did not appear in public often. Imagine what it is like to spend twelve years like this. A woman was considered unclean for only seven days when she had her regular period (Leviticus 15:19). This woman endured not only the inconvenience of menstruation, but the curse of being considered unclean for twelve years.
Any place where she sat in her house becomes unclean, just as if she occupies a seat in a neighbor’s house or in a public place. Before long, everyone is aware of the impurity of her and no one wants to be near her.
She also had spent all her money on doctors without finding healing, in the midst of her agony, since her illness seemed impossible to cure she meets the God of the impossible.
What the doctors couldn’t do, Jesus did. No repulsive or painful remedies. Without having to visit doctors, who were more interested in financial gain than in curing her. With just the gentle, loving touch of his mantle, she was healed. Cured. Released. And immediately!
▪ This woman had a daring spirit, snatched her miracle, regardless that she was in the midst of the crowd of people, she crawls and reaches for the Lord’s mantle, saying:
Mark 5:28
… If I only touch his mantle, I will be saved.
▪︎Her faith made her touch his mantle, the power of Jesus came out, the Lord, realizing her, silenced the crowd asking a strange question: —Who has touched me? “Who has touched me?” You must be kidding! Many murmured. If people push and squeeze each other to get close to him! Now trembling, the woman fell at his feet: “For twelve years I have suffered from bleeding and I have spent all my money on doctors but it only got worse.” But instead of rebuking and shaming her, Jesus praised her: “Daughter, your faith has made you well.” Go in peace and be healed of your affliction. His words must have been like water breaking a dam; he broke into her isolation and freed her. He hadn’t addressed her roughly, but tenderly; him not considering her a “woman” or a “sinner”, but rather a “daughter.” She was no longer alone, but she was part of her family by virtue of faith. That day, countless men and women had squeezed and squeezed Jesus, but only one person had actually touched him. And instead of being contaminated by his contact with her, his touch proved more contagious, making her pure and restoring her again.
Although it was difficult for her this journey in her life with this disease for twelve years, it was time to receive her blessing.
Ecclesiastes 3: 1
Everything has its time, and everything that is wanted under heaven has its time.
Now we after the 21 days of fasting, “Get up and roar” 🦁 let’s continue with our heart in the Lord Jesus, even if you have moments that you lack faith, ask the Holy Spirit to take what little you have and enliven it until it is returned to a flame; because your miracle is on the way and without hesitation adore him, since only he deserves all the glory and honor.
Celebrate, your time has come!
Prayer:
Forgive me Lord because in all this time that I have been waiting for the answer to my prayer, I have doubted.
Light that flame that is growing and does not go out in me and everything I need to be a woman of the kingdom is fanned by the power of your Holy Spirit.
I rise to be the Lioness of your kingdom walking by faith, not by sight, resisting the enemy to flee from my life and my family, snatching my miracle with the same sound of your roar Lion of Judah, because in you is my victory . In the name of Jesus. Amen!