Haz el bien

Así que no nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo.
Gl 6:9


Hacer lo correcto no solo agrada el corazón de Dios, sino que también testificamos a otros acerca de Jesús.

Jesús anduvo haciendo el bien a todos por todo lugar, sin excepción alguna. Muchos lo recibieron, muchos otros no lo hicieron, pero nada de eso impidió que Él siguiera haciendo el bien. Hoy, tú y yo estamos llamados a seguir su ejemplo, y que al hacerlo todos puedan ver la misma esencia de Jesús por hacer el bien a todos.
No debemos cansarnos de hacer el bien, porque en su debido tiempo tendremos una recompensa que es dada por Dios. Cada semilla que se siembra da un fruto, y cada bien que haces, Dios lo ve y ten la certeza que tendrás una recompensa.

Es fácil hacerle bien al que te hace bien a ti, el que es agradecido contigo o incluso aquel que también puede hacer algo por ti. Pero el verdadero bien es hacerlo con aquellos que son difíciles de tratar. Hacer el bien a otros no es si ellos lo merecen o no, si te agradecen o no, si pueden retribuirte o no. Ten la certeza que Dios ve todo lo que haces y Él te recompensará el bien que haces por otros.

El verdadero amor no es aquel se muestra con los que te aman a ti también, el verdadero amor es aquel que se muestra con los que tú mismo no quisieras amar; porque en realidad no es ‘tu amor’ el que muestras, sino el amor de Dios por medio de ti. Hacer el bien incluso a quienes no quisieras, es una de las muestras más extraordinarias de amor.

Tu recompensa de hacer el bien y amar a otros que son difíciles, vendrá desde los cielos, así que no te detengas. Dios te ha visto y te recompensará todo el bien que haces, porque de todo lo que se siembra, ¡se cosecha!

Oración:
Adorable Maestro, tu vida marco un gran legado y nos enseñaste grandes lecciones para aplicarlas día a día, forja en nosotros la determinación de amar con misericordia a buenos y malos como tu lo haces, hacer el bien sin esperar nada a cambió, sabiendo que eso es correcto a tus ojos, siendo ejemplo de bien para los nuestros y demás generaciones, en el nombre de Jesús ¡Amén!


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