Ester capítulo 1 y 2:1-18
Ester era una joven huérfana, su nombre Hadassá, como en hebreo se llama al mirto, hermoso arbusto de delicadas flores blancas. Al morir sus padres, un primo llamado Mardoqueo, que ya era bastante mayor, se compadeció de ella y se la llevó a vivir con él. Desde entonces la crió como si fuera su propia hija.
Mardoqueo y Ester vivían como exiliados en la capital de Persia, donde seguramente eran despreciados por seguir la religión y la Ley de los judíos. Sin duda, el afecto que la joven sentía por su primo crecía a medida que él le hablaba de Jehová, el Dios compasivo que tantas veces libró a su pueblo y que, de hecho, pronto volvería a hacerlo (Lev. 26:44, 45). No es de extrañar que entre ambos existiera un fuerte vínculo de cariño y lealtad.
Al parecer, Mardoqueo trabajaba de funcionario en el castillo de Susa, en cuya puerta solía sentarse junto con otros servidores del rey.
Cierto día, una noticia se extendió como la pólvora por toda la ciudad: ¡escándalo en la familia real! En el transcurso de un gran banquete, en el que los nobles disfrutaban de vino y ricos manjares, Asuero mandó llamar a su hermosa reina Vasti —que estaba con las mujeres en una fiesta aparte—, pero ella se negó a presentarse. El rey, furioso por esta intolerable humillación, preguntó a sus consejeros qué castigo imponerle. Finalmente, decidió destituirla de su cargo y nombrar una nueva reina. Sus servidores salieron en busca de las jóvenes vírgenes más bellas de todo el reino, de entre las cuales el monarca elegiría su nueva esposa.
En cuanto los servidores de Asuero vieron a la bella Ester, decidieron llevársela al palacio real, al otro lado del río (Est. 2:8). ¡Qué dolorosa debió ser la separación! Mardoqueo la quería como a una hija… Y desde luego, no deseaba que se casara con un pagano —por muy rey que fuera—, pero no pudo hacer nada por impedirlo.
Hegai (eunuco empleado del palacio que servía a las concubinas del rey), se había quedado tan impresionado con Ester que la trataba con especial bondad. Hasta le concedió siete sirvientas y el lugar principal en la casa de las mujeres. Lo que es más, el relato indica que “Ester continuamente se granjeaba favor a los ojos de todos los que la veían” (Est. 2:9, 15). ¿Por qué causaba tan buena impresión? ¿Por su belleza sin igual? No. Ella manifestaba hermosas cualidades que la hacían mucho más que una cara bonita.
Ester actuaba con prudencia y sabiduría, y le seguía obedeciendo a su tío, que le había advertido que no revelará que era judía.
Cuando por fin le llegó el turno de presentarse ante el rey, podía haber elegido cualquier adorno que deseara para realzar su atractivo. Pero modesta como es, se arregló únicamente con lo que le ofreció Hegai (Est. 2:15). Tal vez razonó que, para ganarse el corazón del monarca, no bastaría con ser bella, sino que serían mucho más importantes cualidades como la humildad y la modestia, que tanto escaseaban en la corte.
“El rey llegó a amar a Ester más que a todas las demás mujeres, de manera que ella se granjeó más favor y bondad amorosa ante él que todas las demás vírgenes. Y él procedió a poner el adorno de realeza sobre la cabeza de ella y a hacerla reina en lugar de Vasti” (Est. 2:17).
Podemos aprender diferentes aspectos de esta historia que aunque no nombra a Dios, vemos claramente que el estaba presente hasta en los más pequeños detalles.
Por un lado el Rey Asuero estaba orgulloso de la hermosura de su esposa la Reina Vasti y no tuvo en cuenta, en cómo se sentía su esposa al estar en exhibición para que todos babearan, estaba demasiado obsesionado con su imagen.
En cuanto a la Reina Vasti, podemos estar de acuerdo con la decisión de ella, aunque sigue siendo importante que las esposas obedezcan a sus maridos. Habiendo dicho eso, debemos obedecerlos cuando lo que ellos desean que hagamos no es contrario a lo que Dios quiere que hagamos. He aquí un ejemplo extremo; si mi esposo me pidiera que matara a alguien, por supuesto que no lo haría, porque la palabra de Dios prevalece sobre su palabra. Es mucho más fácil someterse a un hombre que está completamente sometido a Dios.
La desobediencia de la Reina Vasti le hizo perder su posición, aunque como mujeres muchas veces no queremos obedecer porque nos parece injusto lo que nos están pidiendo o no estamos de acuerdo con nuestras autoridades o como en este caso con el esposo, siempre habrá bendición si somos obedientes.
Así como la escritura nos habla de que “Obediencia es mejor que sacrificio”. 1 Samuel 15:22.
▪︎Ester fue obediente.
A causa de la obediencia Esther encontró el favor en Dios y los hombres.
Ester era huérfana y judía, pero sus antecedentes no impidieron que Dios la favoreciera. ¿Por qué? Porque ella fue obediente. Su pasado o antecedentes no impedirá que Dios le favorezca; lo único que es un obstáculo es la desobediencia. Ester obedecía constantemente a Mardoqueo incluso cuando no estaban juntos.
¿Cuántos de nosotros obedecemos a nuestros padres o a cualquier autoridad legítima, cuando no están presentes? Recuerde, la obediencia parcial o tardía sigue siendo desobediencia.
▪︎Ester fue FAVORECIDA. No tuvo que llevar nada extra al Rey como las otras mujeres. Ella era buena tal como era. El rey se sintió atraído por Ester sobre todo y ella se ganó su favor. Cuando honra a Dios a través de su obediencia, Él hará que las cosas por las que la gente se afana sean tan fácil para usted.
Oración:
Gracias Señor porque el hecho que estoy leyendo este devocional es porque he tenido favor delante de ti, pero uno de mis anhelos, en este ayuno es que no haya rebeldía en mi corazón, que me lleve a desobedecer a las autoridades que han sido puestas delante de mi. Anhelo ser una mujer favorecida contigo y los hombres, lo cual abrirá puertas en mi vida que ni siquiera puedo imaginar. En el nombre de Jesús. Amén!
Esther
Esther chapter 1 and 2: 1-18
Esther was a young orphan, her name Hadassá, as myrtle is called in Hebrew, a beautiful shrub with delicate white flowers. When her parents died, a cousin named Mordecai, who was already quite older, took pity on her and took her to live with him. He then raised her as if she were his own daughter.
Mordecai and Esther lived as exiles in the capital of Persia, where they were surely despised for following the religion and Law of the Jews. Undoubtedly, the young woman’s affection for her cousin grew as he spoke to her of Jehovah, the compassionate God who so many times delivered his people and who, in fact, would soon do so again. – Lev. 26:44 , Four. Five). It is not surprising that there was a strong bond of affection and loyalty between the two.
Mordecai apparently worked as an official in the castle of Susa, at the gate of which he used to sit with other servants of the king.
One day, a news spread like wildfire throughout the city: scandal in the royal family! During a great banquet, in which the nobles enjoyed wine and rich delicacies, Ahasuerus sent for his beautiful queen Vashti, who was with the women at a separate feast, but she refused to introduce herself. The king, furious at this intolerable humiliation, asked his advisers what punishment to impose on her. Eventually, he decided to remove her from her position and appoint a new queen. His servants went out in search of the most beautiful young virgins in the entire kingdom, from among whom the monarch would choose his new wife.
As soon as the servants of Ahasuerus saw the beautiful Esther, they decided to take her to the royal palace on the other side of the river (Est. 2: 8). How painful the separation must have been! Mordecai loved her as a daughter of his … And of course, he did not want her to marry a pagan — even if he’s a king — but he could do nothing to prevent it.
Hegai (a palace eunuch who served the king’s concubines), had been so impressed with Esther that he treated her with special kindness. He even granted her seven maidservants and the chief place in the women’s house. What’s more, the account indicates that “Esther continually won favor in the eyes of all who saw her” (Est. 2: 9, 15). Why was she making such a good impression? For her unmatched beauty of hers? No. She exhibited beautiful qualities that made her much more than just a pretty face.
She was acting prudent and wise, and she was still obeying her uncle, who had warned her that she would not reveal that she was Jewish.
When she finally had her turn to appear before the king, she could have chosen whatever adornment she desired to enhance her attractiveness. But she modest as she is, got by only with what Hegai offered her (Est. 2:15). She perhaps reasoned that, to win the heart of the monarch, it would not be enough to be beautiful, but qualities such as humility and modesty, which were so scarce at court, would be much more important.
“The king came to love Esther more than all the other women, so that she won more favor and loving-kindness before him than all the other virgins. And he proceeded to put the royal adornment on her head and to make her queen instead of Vashti ”(Est. 2:17).
We can learn different aspects of this story that although it does not name God, we clearly see that he was present even in the smallest details.
On the one hand King Ahasuerus was proud of the beauty of his wife Queen Vashti and did not take into account, how her wife felt to be on display for everyone to drool over, he was too obsessed with her image.
As for Queen Vashti, we can agree with her decision, although it is still important that wives obey their husbands. Having said that, we must obey them when what they want us to do is not contrary to what God wants us to do. Here’s an extreme example; If my husband asked me to kill someone, of course I wouldn’t, because God’s word prevails over his word. It is much easier to submit to a man who is completely subject to God.
The disobedience of Queen Vashti made her lose her position, although as women many times we do not want to obey because what they are asking of us seems unfair or we do not agree with our authorities or as in this case with the husband, there will always be a blessing if we are obedient.
Just as the scripture tells us that “Obedience is better than sacrifice.” 1 Samuel 15:22.
▪︎Ester was obedient.
Because of obedience Esther found favor in God and man.
Esther was an orphan and a Jew, but her background did not prevent God from favoring her. Why? Because she was obedient. Her past or background will not prevent God from favoring her; the only thing that is an obstacle is disobedience. Esther constantly obeyed Mordecai even when they were not together.
How many of us bless our parents or any legitimate authority when they are not present? Remember, partial or late obedience is still disobedience.
▪︎Ester was FAVORED. She didn’t have to bring anything extra to the King like the other women. She was good just as she was. The king was attracted to Esther above all else and she won his favor. When she honors God through obedience to him, He will make the things that people strive for so easy for you.
Prayer:
Thank you Lord because the fact that I am reading this devotional is because I have had favor in front of you, but one of my wishes, in this fast is that there is no rebellion in my heart, that leads me to disobey the authorities that have been placed before me. I long to be a favored woman with you and men, which will open doors in my life that I can’t even imagine. In the name of Jesus. Amen!