En medio del dolor

Todos hemos pasado por temporadas donde sentimos que no podemos más, que ya no tenemos fuerzas para seguir adelante, sentimos que nos hundimos, que nuestra vida ha tocado lo más bajo, sentimos como tiembla nuestra alma y una llama intensa de dolor arde en nuestro corazón que nos quema; sentimos que el corazón duele. En esos momentos andamos como ciegos buscando una luz que alumbre nuestro camino, y muchas veces vamos a la luz equivocada porque creemos que Dios se alejará de nosotros por nuestros problemas, pero en realidad es todo lo contrario. En ese momento donde sientes este intenso dolor ardiendo como una llama en tu corazón es donde Él permanece fiel a tu lado ayudándote a enfrentarlos.

No sé si te ha pasado igual que a mí, pero en los momentos de sufrimiento, cuando sentimos ese dolor en nuestro corazón, solemos dudar del propósito por el cual estamos en esta tierra. Y es que el enemigo envía el sufrimiento para que dudemos de nuestro propósito. Sin embargo, Dios ya afirmó para qué y por qué estás en esta tierra. Y en ese momento de dolor, en ese momento en el cual te sientes débil, es donde su poder se perfecciona en tu debilidad.

Hoy quiero decirte algo que cambio mi vida completamente: No trates de saciar el dolor de tu corazón con medicinas pasajeras que solo aliviarán tu dolor, ve al mejor médico que puede curar tus heridas “JESÚS”. Él no solo saciará tu dolor, sino que lo curará por completo. No hay nada que Jesús no pueda restaurar, incluyendo tu corazón por más roto y destrozado que este.

Nunca nada volverá a ser igual, porque su presencia estará contigo. No se a ti, pero saber que la presencia de Jesús va conmigo me da las fuerzas para seguir adelante.

Así mismo el profeta Miqueas sentía tanto dolor en su corazón por lo que estaba pasando en su vida y con su pueblo; pero el sabía que Dios escuchaba sus oraciones y su fidelidad los llevaria por el camino de la salvación.
Pero yo esperaré en el Señor; pondré mi esperanza en Dios mi salvador, porque él me escuchará.
Miqueas 7:7

En medio del dolor, derrama tu corazón a Dios, Él te consolara y sanara tus heridas.
 En el peor momento de tu vida Jesús te abraza, te rodea con su gracia y su amor está ahí para sostenerte

Oración:
Amado Padre, en los momentos de dolor y sufrimientos tenemos la tendencia de alejarnos de ti; nuestros pensamientos se confunden creyendo que tú nos has abandonado, pero tus promesas son fieles y tú escuchas siempre nuestro clamor y nuestras oración, por eso derramamos nuestras vidas ante tu presencia, confiando que tú nos sanas y liberas de todo dolor, por que en ti está nuestra esperanza, en el nombre de Jesús ¡Amén!


In the midst of the pain

We have all gone through seasons where we feel that we can no longer do it, that we no longer have the strength to move forward, we feel that we sink, that our life has touched the lowest, we feel how our soul trembles and an intense flame of pain burns in our heart that burns us; we feel that the heart hurts. In those moments we walk like blind people looking for a light that illuminates our path, and many times we go to the wrong light because we believe that God will turn away from us because of our problems, but in reality it is the opposite. In that moment where you feel this intense pain burning like a flame in your heart is where He remains faithful to your side helping you face them.

I don’t know if it has happened to you just like it did to me, but in moments of suffering, when we feel that pain in our hearts, we tend to doubt the purpose for which we are on this earth. And it is that the enemy sends suffering so that we doubt our purpose. However, God has already affirmed what and why you are on this earth. And in that moment of pain, in that moment when you feel weak, is where its power is perfected in your weakness.

Today I want to tell you something that changed my life completely: Do not try to satiate the pain of your heart with passing medicines that will only relieve your pain, go to the best doctor who can heal your wounds “JESUS”. He will not only satiate your pain, but he will heal it completely. There is nothing Jesus cannot restore, including your heart, however broken and shattered it may be.

Nothing will ever be the same again, because his presence will be with you. I don’t know about you, but knowing that Jesus’ presence goes with me gives me the strength to move forward.

Likewise the prophet Micah felt so much pain in his heart for what was happening in his life and with his people; but he knew that God heard their prayers and their faithfulness would lead them on the path of salvation.

But I will wait on the Lord; I will put my hope in God my savior, for he will listen to me.

Micah 7:7

In the midst of pain, pour out your heart to God, He will comfort you and heal your wounds.

At the worst moment of your life Jesus embraces you, surrounds you with his grace and his love is there to sustain you

Prayer:
Dear Father, in moments of pain and suffering we have the tendency to turn away from you; our thoughts are confused believing that you have abandoned us, but your promises are faithful and you always listen to our cry and our prayers,  that is why we pour out our lives before your presence, trusting that you heal us and free us from all pain, because in you is our hope, in the name of Jesus Amen!