El rostro de la bondad

Mi corazón ha dicho de ti: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, oh Jehová; no escondas tu rostro de mí [...]. SALMO 27:8-9 

¿No ansías a veces poder ver el rostro de Dios? ¿Te preguntas qué aspecto tiene cuando te mira? Te aseguro que sus ojos son mucho más cariñosos de lo que podrías esperar. Su expresión es más tierna de lo que pensabas, y su postura es más abierta de lo que habías imaginado. Y no son simples suposiciones que estaría bien que fuesen ciertas. No; sabemos que Dios es así porque sabemos el aspecto que tenía cuando estaba sobre esta tierra. Tenemos relatos de primera mano sobre cómo respondía ante las personas con corazones humildes. Las recibía con los brazos abiertos y les daba palabras que traían libertad.

Piensa en la persona más agradable que conozcas, aquella que nunca parece molestarse por nada y que escucha con atención a todo el mundo. Pues, aunque esta persona pueda parecer remarcable en su bondad, no es más que un mero reflejo de la bondad de Dios.

Oración:
Dios Padre, cuán constante eres en tu amor por mí. Nunca has tenido un mal día y, cuando lo tengo yo, no me miras con cara de estar harto de mí. Gracias por tu rostro, tierno y amable al mirarme.


Face of Kindness

“Come,” my heart says, “seek his face!” Your face, LORD, do I seek. Do not hide your face from me. PSALM 27:8-9

Do you ever long to see God’s face? Do you wonder what it looks like when he looks at you? Be assured, his eyes are more gentle than you expect. His expression is more tender than you thought, and his posture is more approachable than you perceived. This isn’t just a cute idea. We know it is true because we know what he looked like when he walked the earth. We have direct accounts of how he responded to people with humble hearts. He welcomed them and gave them words that brought freedom.

We can picture the nicest person we know—the person who never seems to be bothered by anything and listens attentively to everyone. While that person might be noteworthy in their godliness, they are only a mere reflection of the kindness of God.

Prayer:
Father God, you are so consistent in your love for me. You never have a bad day, and you don’t look at me with disgust when I do. Thank you for your face that is tender and kind as it gazes on me.