Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. —PROVERBIOS 23:7
El poder de la palabra hablada es uno de los mayores misterios de la vida. Todo lo que serás o lograrás depende de cómo elijas gobernar lo que sale de tu boca. Por lo que permites que ocupe tu mente y tu boca, puedes bendecir tu vida a grandes alturas de éxito o enviarla orbitando hacia reinos de fracaso, tristeza y descontento. Es por eso que Proverbios insta: “Cuida tu corazón por encima de todo, porque determina el curso de tu vida” (Prov. 4:23, NLT). Jesús hizo lo mismo al declarar: “Porque lo que está en tu corazón determina lo que dices. Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de un corazón bueno, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de un corazón malo” (Mateo 12:34–35, NLT).
Oración:
Señor, pon hoy una guardia sobre mis labios y escudriña mi corazón. Pruébame y conoce mis pensamientos. Mira si hay en mí algún mal camino y guíame por el camino eterno (Sal. 139:23-24). Si hay algo en mi vida que te desagrada, Padre, quítalo en el nombre de Jesús. Circuncida mi corazón, y haz que mis deseos y mis palabras se alineen con los Tuyos. En el nombre de Jesús, ¡Amén!
THE POWER OF WORDS
For as [a man or woman] thinks in his heart, so is he. —PROVERBS 23:7
The power of the spoken word is one of life’s greatest mysteries. All you will ever be or accomplish hinges on how you choose to govern what comes out of your mouth. By what you allow to occupy your mind and mouth, you can either bless your life to great heights of success or send it orbiting into realms of failure, sadness, and discontentment. This is why Proverbs urges, “Guard your heart above all else, for it determines the course of your life” (Prov. 4:23, nlt). Jesus followed suit by declaring, “For whatever is in your heart determines what you say. A good person produces good things from the treasury of a good heart, and an evil person produces evil things from the treasury of an evil heart” (Matt. 12:34–35, nlt).
Prayer:
Lord, set a guard over my lips today and search my heart. Try me and know my thoughts. See if there is any evil way in me and lead me in the way everlasting (Ps. 139:23–24). If there is anything in my life that displeases You, Father, remove it in Jesus’s name. Circumcise my heart, and cause my desires and my words to line up with Yours. In Jesus’s name, Amen!