1 Juan 1:9
pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
¿No sería fantástico si no pecásemos más? Todos hacemos cosas que no debemos hacer, pero no tenemos que vivir atados al pecado. Antes de aprender cómo cambiar, necesitamos entender por qué seguimos cometiendo pecado.
¿Por qué seguimos pecando?
Todos somos nacidos con una naturaleza pecaminosa. Nuestra carne es fuerte y autosuficiente y quiere lo que ella quiere. Somos susceptibles a la tentación y, en ocasiones, es probable que pequemos. Deseamos cosas y nuestro apetito quiere ser saciado. Entonces, cuando viene la tentación, es difícil para nuestra carne decir no, ya que es débil. El apóstol Pablo escribió que no entiende por qué él hace lo que hace, él odiaba lo que hacía, pero seguía haciéndolo. ¿Y las cosas que sí quería hacer? ¡No las hacía!
En esos momentos de debilidad, nuestro enemigo está cerca. Trata de convencernos de que lo que hacemos está bien. Podemos estar seguros de que, si él está hablando, está mintiendo. Aun cuando la influencia del enemigo esté rodeándonos, no es sabio culpar por nuestras elecciones a él ni a sus fuerzas del mal. En el mundo hay una lucha espiritual, pero no es más fuerte que nosotros. Con Dios, tenemos el poder de conquistar cualquier tentación o fuerza en nuestra contra.
¿Cómo dejamos de pecar?
La buena noticia es que podemos mejorar y no permitir al pecado morar en nosotros. Debemos elegir lo que nos fortalece para superar la tentación y las batallas espirituales. Debemos evaluar las situaciones en las que nos metemos. Debemos ser cuidadosos de la gente con las que pasamos tiempo y reconocer la influencia de lo que miramos y escuchamos. Las personas y situaciones de nuestra vida ¿nos ayudan a elegir lo que nos lleva por caminos pecaminosos? Debemos ser honestos con nosotros mismos si queremos libertad.
Cuanto más aceptamos las cosas de Dios, menos sucumbiremos al pecado. Nunca seremos perfectos, pero podemos elegir y confiar en Dios para llevarnos a través de las dificultades que encontramos. Él nos garantiza Su fuerza en nosotros siempre. Creamos siempre y en todo tiempo esta promesa.
Oración:
Padre de Gloria, tú eres nuestra fuerza y fortaleza para no caer en tentación; por eso buscamos más de ti, porque el enemigo se levanta para hacernos flaquear y caer, pero tú vienes a revestirnos de sabiduría y poder, para no sucumbir al pecado y poder vencer en el nombre poderoso de nuestro Señor Jesús, ¡Amén!
Sin
1 John 1:9
But if we confess our sins to God, He is faithful and just to forgive us and our sins and cleanse us from all unrighteousness.
Wouldn’t it be great if we didn’t sin anymore? We all do things that we should not do, but we do not have to live tied to sin. Before we learn how to change, we need to understand why we continue to commit sin.
Why do we continue to sin?
We are all born with a sinful nature. Our flesh is strong and self-sufficient and wants what it wants. We are susceptible to temptation and, at times, we are likely to sin. We want things and our appetite wants to be satisfied. Then, when temptation comes, it is difficult for our flesh to say no, because it is weak. The apostle Paul wrote that he does not understand why he does what he does, he hated what he did, but kept doing it. And the things you did want to do? You didn’t do it!
In those times of weakness, our enemy is close. Try to convince us that what we do is good. We can be sure that if he is talking, he is lying. Even though the influence of the enemy is surrounding us, it is not wise to blame him or his forces of evil for our choices. There is a spiritual struggle in the world, but it is no stronger than us. With God, we have the power to conquer any temptation or force against us.
How do we stop sinning?
The good news is that we can improve and not allow sin to dwell in us. We must choose what strengthens us to overcome temptation and spiritual battles. We must assess the situations in which we are getting into. We must be careful of the people with whom we spend time with and recognize the influence of what we watch and hear. Do the people and situations of our lives help us to choose what leads us on sinful paths? We must be honest with ourselves if we want freedom.
The more we accept the things of God, the less we will succumb to sin. We will never be perfect, but we can choose and trust God to lead us through the difficulties we encounter. He guarantees us his strength in us always. We always and at all times create this promise.
Prayer:
Father of Glory, You are our strength and strength not to be tempted; That is why we seek more of You, because the enemy rises to make us waver and fall, but You come to clothe us with wisdom and power, so as not to succumb to sin and to be able to overcome in the mighty name of our Lord Jesus, Amen!