El fundamento de la aprobación

«DIOS RESISTE A LOS SOBERBIOS, PERO DA GRACIA A LOS HUMILDES».
SANTIAGO 4:6


Como creyentes, podemos sentirnos humildes e indignos cuando nos damos cuenta de la profundidad de nuestra pecaminosidad. Incluso podemos temer que Dios ya no nos quiera. Pero ¿te das cuenta de que las palabras más fuertes de Jesús estaban reservadas para quienes se consideraban los mejores religiosos: los fariseos? Ellos eran los maestros y guardianes de la fe judía, pero su enfoque orgulloso y legalista había convertido la amorosa relación de pacto con Dios en un retorcido laberinto de rituales impersonales. En otras palabras, eran arrogante y equivocadamente santurrones.

Aunque los fariseos daban por supuesta la aprobación de Dios, la amonestación de Cristo reveló la realidad: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas que son semejantes a sepulcros blanqueados! [. . .] Por fuera parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad» (Mateo 23:27-28).

Dios prefiere que te des cuenta de que no lo tienes todo resuelto y que busques su ayuda. Cuando crees que eres santo debido a tus propios esfuerzos, estás minimizando lo que Cristo hizo por ti en la cruz. Pero cuando reconoces cuánto necesitas la misericordia, la compasión, la guía, la sabiduría y el poder de Jesús, te posicionas correctamente para ser todo aquello que Él ideó al crearte.


Oración:
Jesús, gracias por aceptarme tal como soy. Tú eres mi justicia y mi esperanza. Que mi vida te honre siempre. Amén.


The Basis of Approval

“God is opposed to the proud, but gives grace to the humble.”
JAMES 4:6


As believers, we can feel very lowly and unworthy when we realize the depth of our sinfulness. We may even fear that God won’t want us anymore. But do you realize that Jesus’ harshest words were reserved for the people who considered themselves the most perfectly religious—the Pharisees? They were the teachers and guardians of the Jewish faith, but their prideful, legalistic approach had turned God’s loving covenant relationship into a twisted maze of impersonal rituals. In other words, they were arrogantly and wrongly self-righteous.


Though the Pharisees assumed God’s approval, Christ’s admonishment revealed the reality: “Woe to you, scribes and Pharisees, hypocrites! For you . . . outwardly appear righteous to men, but inwardly you are full of hypocrisy and lawlessness” (Matthew 23:27–28).

You see, God prefers when you realize that you don’t have it all together and then seek His help. When you think you are holy through your own efforts, you are minimizing what Christ did for you on the cross. But when you acknowledge how much you need Jesus’ mercy, compassion, guidance, wisdom, and power—that’s when you are rightly positioned to be all He created you to be.

Prayer:
Jesus, thank You for accepting me as I am. You are my righteousness and hope. May I honor You always. Amen.