EL EFECTO DE LA PALABRA

A fin de que el hombre de Dios sea perfecto. 2 TIMOTEO 3:17


Con frecuencia oigo decir a las personas que temen hacer la voluntad de Dios porque no se sienten adecuadas para lo que el Señor les pide que lleven a cabo. Les asusta que se demuestre que son débiles, ineficaces, indignas e incapaces. Sin embargo, esta es otra razón por la que las Escrituras son muy importantes para conocer y cumplir la voluntad de Dios, ya que a través de ellas el Señor nos lleva a estar plenamente preparados, adecuados, completos y perfectamente aptos para las tareas que nos esperan.

Lo que el Padre hace a través de su Palabra es recordarnos nuestra nueva identidad en Cristo: que somos hijos amados del Dios todopoderoso (Romanos 8:16), formados como sus obras maestras (Salmos 139:13–14), creados para buenas obras (Efesios 2:10), fortalecidos por el Espíritu Santo (Efesios 1:13–14; Filipenses 4:13), dotados de toda bendición espiritual (Efesios 1:3), favorecidos con acceso continuo al trono de la gracia (Hebreos 4:16) y llamados a ser partícipes de su llamado celestial (Hebreos 3:1).

Las Escrituras nos recuerdan quiénes somos en verdad y de dónde procede realmente nuestro éxito. Pablo escribe: «Nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes» (2 Corintios 3:5–6). Debido a esa verdad podemos ciertamente cumplir los maravillosos propósitos que el Señor ha diseñado a fin de que andemos en ellos.

Oración:
Señor, gracias por tu Palabra y porque a través de ella me das poder para servirte. Amén.


THE EFFECT OF THE WORD

So that the person who serves God may be fully qualified. 2 TIMOTHY 3:17 GNT

Often, I hear people say that they are scared to do God’s will because they do not feel suited for what the Lord is calling them to do. They are fearful of being proven weak, unworthy, or incapable. This is yet another reason Scripture is so important to knowing and doing God’s will—through it, the Lord makes you fully qualified, complete, and perfectly fit for the tasks ahead.

What the Father does through His Word is to remind you of your new identity in Christ—that you are a beloved child of the almighty God (Romans 8:16), formed as His masterpiece (Psalm 139:13–14), created for good works (Ephesians 2:10), empowered by the Holy Spirit (Ephesians 1:13–14; Philippians 4:13), endowed with every spiritual blessing (Ephesians 1:3), favored with continuous access to the throne of grace (Hebrews 4:16), and called to be a partaker of His heavenly calling (Hebrews 3:1).

Scripture reminds you of who you really are and where your success truly comes from. As Paul writes, “Our adequacy is from God, who also made us adequate as servants” (2 Corinthians 3:5–6). And because of that, you can certainly fulfill the awesome purposes the Lord has created you to walk in.

Prayer:
Lord, thank You for Your Word and for empowering me to serve You through it. Amen.