LA MAYORÍA DE ayunos mencionados en la Biblia fueron ayunos públicos iniciados por los sacerdotes; Jesús nos dio el modelo para los ayunos privados en Mateo 6:16-18; 9:14-15. Pero, público o privado, en pocas palabras, ayunar es una manera bíblica de humillarse verdaderamente ante los ojos de Dios.
Si Jesús necesitó ayunar, ¿cuánto mayor es nuestra necesidad de ayunar? Yo tenía diecisiete años cuando hice mi primer ayuno completo de veintiún días. Fue una de las cosas más difíciles que haya hecho jamás. Ayunar nunca es fácil. Sinceramente, no conozco otra cosa más extenuante que el ayuno. Jesús comprende la dificultad de privarnos a nosotros mismos de comida. En Hebreos 4:15, leemos: “Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado”. Él también nos da fuerzas para vencer la tentación en Hebreos 4:16: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Con estas promesas en mente, el proceso se hizo menos desagradable para mí.
Cuando ayuna, se abstiene de alimentos con propósitos espirituales. He oído decir a personas que planeaban ayunar de ver televisión, de jugar a los juegos de computadora o de navegar en la Internet. Es bueno dejar a un lado esas cosas durante un periodo de consagración si están interfiriendo con su vida de oración, con su estudio de la Palabra de Dios o con su ministerio a las necesidades de otros, pero técnicamente, eso no es ayunar. El ayuno es pasarse sin comida durante un periodo de tiempo, lo cual generalmente hace que usted deje la conmoción de la actividad normal. Parte del sacrificio de ayunar, buscar a Dios y estudiar su Palabra es que la actividad normal se disipa y pasa a un segundo plano.
Hay razones equivocadas para ayunar. No tiene usted que ayunar para obtener mérito delante de Dios o para librarse del pecado. Hay una sola cosa que nos da mérito delante de Dios y nos limpia de pecado: la sangre de Jesús. Sin embargo, el ayuno comenzará a sacar a la superficie cualquier área de concesiones que haya en su vida y le hará ser más consciente de cualquier pecado que haya en su propia vida para que pueda arrepentirse.
El ayuno no es una dieta cristiana. Usted no debería ayunar para perder peso, aunque la pérdida de peso es un efecto secundario normal. A menos que ponga la oración junto a su ayuno, no hay necesidad de ayunar. Meramente pasarse sin comer es solo pasar hambre. Cuando ayuna, se centra en la oración y en la Palabra de Dios.
Siempre puede encontrar una razón para no ayunar, así que tiene que decidirse a hacerlo, y todo lo demás se acomodará. Si usted decide apartar los primeros días del año para ayunar, establecerá el curso para todo el año, y Dios añadirá bendiciones a su vida durante todo el año. Al igual que usted establece el curso de su día al comunicarse con Dios en las primeras horas, lo mismo sucede cuando dedica los primeros días del año para ayunar.
El rey David dijo: “Afligí con ayuno mi alma” (Salmos 35:13; véase también Esdras 8:21).
Dios desea moverse poderosamente en su vida. Sus planes para usted siempre están en progreso y en desarrollo. Él desea hablarle, como alguien hablaría a un amigo.
En su día de ayuno, recuerde:
◇Descanse y relájese.
◇Vaya a su lugar de oración para tener tiempo de oración.
◇La presencia del Señor se hace más obvia.
Pensamientos para su diario:
◇La humildad es una disciplina y no algo que solamente llega de forma natural. El ayuno sitúa a la persona verdaderamente en las manos de Dios, dependiente de Él para obtener alimento espiritual en ausencia del alimento físico. Escriba sobre cómo le humilla esta experiencia y le ha hecho confiar más en Dios.
Enfoque de oración de hoy: Favor
CUANDO USTED ENTIENDE verdaderamente el concepto del favor de Dios, de su capacidad, nunca volverá a ser el mismo. Cuando usted le ofrece a Dios una taza, Él no solo la llena, como dijo David, sino que también la hace rebosar (Salmos 23:5). La “capacidad” de Dios es ilimitada y no puede agotarse. En el segundo capítulo de Hechos, el Espíritu Santo no solo “entró” en el cuarto; Él “llenó toda la casa donde estaban sentados” (v. 2). Por tanto, cualquier cosa por la que esté creyendo a Dios durante este ayuno, le aliento a que le crea a Él al máximo. Créale por su favor… por su medida de capacidad, y no la de usted. Levántese y confronte las barreras que están en su camino. No permita que las circunstancias dicten los límites de su territorio; ¡su territorio se está extendiendo!
Lugares donde estoy experimentando el favor del Señor y la expansión de mi “territorio”:
Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación! —2 Corintios 6:2, NVI
Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás. —Salmos 50:14-15
Fasting truly humbles you
MOST of the fasts mentioned in the Bible were public fasts initiated by the priests; Jesus gave us the model for private fasting in Matthew 6:16-18; 9:14-15. But, public or private, simply put, fasting is a biblical way to truly humble yourself in the eyes of God.
If Jesus needed to fast, how much greater is our need to fast? I was seventeen years old when I did my first full twenty-one day fast. It was one of the hardest things I’ve ever done. Fasting is never easy. Honestly, I don’t know of anything more strenuous than fasting. Jesus understands the difficulty of depriving ourselves of food. In Hebrews 4:15, we read: “For we do not have a high priest who is unable to sympathize with our weaknesses, but one who has been tempted in every way just as we are, though without sin.” He also gives us strength to overcome temptation in Hebrews 4:16: “Let us therefore approach the throne of grace with confidence, that we may obtain mercy and find grace to help in time of need.” With these promises in mind, the process became less unpleasant for me.
When you fast, you abstain from food for spiritual purposes. I have heard people say that they planned to fast from watching television, playing computer games, or surfing the Internet. It’s good to set those things aside during a period of consecration if they’re interfering with your prayer life, your study of God’s Word, or your ministry to the needs of others, but technically, that’s not fasting. Fasting is going without food for a period of time, which usually causes you to leave the commotion of normal activity. Part of the sacrifice of fasting, seeking God, and studying his Word is that normal activity fades into the background.
There are wrong reasons to fast. You do not have to fast to obtain merit before God or to get rid of sin. There is only one thing that gives us merit before God and cleanses us from sin: the blood of Jesus. However, fasting will begin to bring to the surface any areas of compromise in your life and make you more aware of any sin in your own life so that you can repent.
Fasting is not a Christian diet. You should not fast to lose weight, although weight loss is a normal side effect. Unless you put prayer along with your fast, there is no need to fast. Merely going without food is just starving. When he fasts, he focuses on prayer and the Word of God.
You can always find a reason not to fast, so you have to make up your mind to do it, and everything else will fall into place. If you decide to set aside the first few days of the year to fast, you will set the course for the entire year, and God will add blessings to your life throughout the year. Just as you set the course for your day by communicating with God in the early hours, the same is true when you dedicate the first few days of the year to fasting.
King David said, “I have afflicted my soul with fasting” (Psalm 35:13; see also Ezra 8:21).
God wants to move mightily in your life. His plans for you are always in progress and development. He wants to talk to you, like someone would talk to a friend.
On this day of fasting, remember:
◇ Rest and relax.
◇Go to your place of prayer to have prayer time.
◇The presence of the Lord becomes more obvious.
Thoughts for your journal:
◇Humility is a discipline and not something that only comes naturally. Fasting places a person truly in the hands of God, dependent on Him for spiritual food in the absence of physical food. Write about how this experience has humbled you and made you trust God more.
Today’s Prayer Focus: Please
WHEN YOU truly UNDERSTAND the concept of God’s favor, of his ability, you will never be the same again. When you offer God a cup, He not only fills it, as David said, but also makes it overflow (Psalm 23:5). God’s “capacity” is limitless and cannot be exhausted. In the second chapter of Acts, the Holy Spirit not only “entered” the room; He “filled the whole house where they were sitting” (v. 2). Therefore, whatever you are believing God for during this fast, I encourage you to believe Him to the fullest. Believe him by his favor…by his measure of ability, and not yours. Get up and confront the barriers that are in your way. Don’t let circumstances dictate the boundaries of your territory; their territory is expanding!
Places where I am experiencing the favor of the Lord and the expansion of my “territory”:
I tell you that this is God’s propitious moment; today is the day of salvation! —2 Corinthians 6:2, NIV
Sacrifice praise to God, and pay your vows to the Most High; and call upon me on the day of trouble; I will free you, and you will honor me—Psalm 50:14-15