El amigo perfecto

Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo. APOCALIPSIS 3:20 (NVI) 

Dios te creó para que tuvieras una relación con él, igual que creó a Adán y Eva. Él se deleita en tu voz, tu risa y tus ideas. Él ansía la comunión contigo. Cuando la vida se pone difícil, ¿corres a él con tus frustraciones? Cuando estás abrumada por la tristeza o la aflicción, ¿acudes a él para entregarle tu dolor? En medio del enfado o la frustración, ¿le pides a él que te libere? Él es un amigo que nos ofrece todo esto (¡y mucho más!) en misericordia y amor. Él es digno de nuestra amistad.

La amistad que nos ofrece es un regalo de un valor incalculable. No hay nadie como él; de hecho, no hay nadie tan digno de nuestra comunión como el Dios todopoderoso, nuestro Creador y Redentor. Entrena tu corazón para que acuda siempre en primer lugar a Dios con tu dolor, tu gozo, tu frustración y tu emoción. ¡Su amistad nunca te decepcionará!

Oración:
Dios, tú eres el amigo perfecto. Si pienso en todo lo que necesito en una amistad, sé que lo puedo encontrar en ti. Gracias porque tu amistad sobrepasa todas mis expectativas.


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