Él nos amó primero.
1 JUAN 4:19
A todos nos gusta sentirnos queridos. Piensa en cómo te has sentido cada vez que alguien te ha ofrecido un trabajo, te ha elegido para un equipo o te ha invitado a un evento en particular. Ese sentimiento de ser elegido es vital para sentirnos bien. Uno de los aspectos más notables de la fe cristiana es que Dios te persigue activamente. Él ha actuado de manera decisiva a lo largo de la historia para revelarse y manifestar su amor por ti.
En un mundo dominado por la lucha por la preeminencia y el poder, la división, la marginación, la soledad, el rechazo y el desánimo son potentes depredadores del alma. Pero toda la narrativa de las Escrituras, que abarca miles de años y múltiples continentes, es la apasionante historia del intento incesante de Dios para tener una relación contigo. Y puedes celebrarlo viéndolo como el gran amante de tu alma.
Así que si hoy te sientes mal contigo mismo, recuerda que ningún pecado puede alejarlo y ningún fracaso puede frustrar su plan para ti. Otros pueden ignorarte o rechazarte, pero tu Salvador te ha aceptado para la eternidad, te ha adoptado permanentemente en su familia y te ha dado todo lo que necesitas para la vida y la piedad. Él te quiere, siempre.
Oración:
Jesús, gracias por hacerme digno al derramar tu amor en mí. Amén.
God Wants You
He first loved us.
1 JOHN 4:19
We all like to feel wanted. Think about how you’ve felt whenever someone offered you a job, picked you for a team, or invited you to a particular event. That feeling of being chosen is vital to a proper sense of well-being. One of the most remarkable aspects of the Christian faith is that God is actively pursuing you. He has proceeded decisively throughout history to reveal Himself and to demonstrate His love for you.
In a world dominated by the struggle for preeminence and power, divisiveness, alienation, loneliness, rejection, and discouragement are potent predators of the soul. But the entire narrative of Scripture, spanning thousands of years and multiple continents, is the enthralling story of God’s relentless pursuit of a relationship with you. And you can celebrate as you see Him as the great lover of your soul.
So if you are feeling down about yourself today, remember that no sin can drive Him away and no failure can thwart His plan for you. Others may ignore or reject you, but your Savior has accepted you for eternity, adopted you permanently into His family, and given you all you need for life and godliness. He wants you—always.
Prayer:
Jesus, thank You for making me worthy by setting Your love on me. Amen.