Dios es su roca

DIOS NO QUIERE que usted se preocupe. Él quiere tener el control de su vida y guiarle por los desafíos diarios. A medida que está ayunando y dándole a Dios su cuerpo, dele también su espíritu.

Alguien una vez me envió una semilla de mostaza de Israel. Solamente para poner las cosas en perspectiva, una semilla de frijol es unas cuatrocientas veces mayor que una semilla de mostaza, pero da solamente un pequeño arbusto. Por otro lado, una semilla de mostaza normal solamente tiene un milímetro de diámetro, pero crece hasta llegar a ser un pequeño árbol. Las plantas de mostaza más comunes son perennes, vuelven a crecer año tras año y a desarrollar profundos sistemas de raíces cada estación. Podría usted intentar desarraigar uno de esos pequeños árboles de la tierra, pero lo más probable es que se rompa el tronco, dejando a las raíces en la tierra para regenerar una nueva planta.

¡Ese es el tipo de fe que debemos tener! Jesús puso el énfasis en lo grande que es nuestro Dios, no en lo grande que es nuestra fe. Con solamente una fe diminuta, como una semilla de mostaza, podemos mover montañas y nada será imposible.


Como cristianos, necesitamos dejar de medir nuestra fe por el tamaño del problema. En cambio, necesitamos comenzar a ver lo grande que es nuestro Dios. Necesitamos plantar esa semilla de fe—sin importar lo pequeña que sea—en cualquier montaña que esté en nuestro camino y creer que se moverá, porque Jesús dijo que así sucedería. Cuando Pedro trató de caminar sobre el agua, dio solamente unos cuantos pasos porque quitó sus ojos de Jesús y tuvo temor a hundirse.

Cuando comenzó a hundirse, Jesús lo levantó del agua y dijo: “Hombre de poca fe” (Mateo 14:31). Pedro tenía poca fe, porque eso fue lo que tomó para caminar sobre el agua.

Si él pudo hacer eso solamente con una fe pequeña, ¡imagine lo que sucederá cuando esa fe aumente!

En el capítulo final del libro de Hebreos, el escritor nos dice: “Acuérdense de sus dirigentes, que les comunicaron la palabra de Dios. Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida, e imiten su fe” (Hebreos 13:7, NVI). Como pregunté anteriormente, si nuestro Señor ayunaba, ¿por qué íbamos a pensar nosotros que no deberíamos ayunar? No hay ningún registro de que Jesús sanara nunca a nadie hasta que regresó de los cuarenta días de ayuno que lanzaron su ministerio terrenal. Jesús dijo que nosotros haríamos cosas aún mayores de las que Él había hecho, porque Él regresaba al Padre. Si Jesús no comenzó a ministrar antes de ayunar, ¿cómo podemos hacerlo nosotros?

Satanás se siente perturbado y derrotado, cuando usted decide hacer algo más que ser un cristiano de domingo en la mañana. El diablo sabe que el ayuno libera el poder de Dios.

En su decimoctavo día de ayuno, recuerde:

◇Ore y permanezca en la Palabra de Dios.

◇Continúe anotando sus experiencias.

◇Medite en lo que este ayuno significa para usted. Pensamientos para su diario:

◇Examine cualquier área de falta de perdón y de amargura que el Señor le esté pidiendo que le rinda a Él.

Enfoque de oración del día 18: Atar la opresión y el temor

PUEDE QUE HAYA veces en su vida en que sus enemigos o circunstancias parezcan ser tan grandes y tan poderosas que son lo único que puede usted ver. En el Salmo 69, David clama que se estaba hundiendo “en una ciénaga profunda” (v. 2) y la corriente le arrastraba. Pero su corazón se dirigió hacia adorar a pesar de las circunstancias. Cuando usted adora, no solo magnifica a Dios, sino que también reduce el tamaño y el poder de todo lo demás que le rodea. Dios le oirá cuando usted proponga en su corazón adorarle. Cuando usted magnifica al Señor, encoge el supuesto poder del enemigo, el diablo. Lo mejor que puede hacer en medio de una batalla es magnificar al Señor. “Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, lo exaltaré con alabanza” (Salmos 69:30).

¿En qué áreas necesita magnificar al Señor hoy?

Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre. Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. —Salmos 34:3-4


God is your rock

GOD DOES NOT WANT you to worry. He wants to be in control of your life and guide you through the daily challenges. As you are fasting and giving God your body, give him your spirit as well.

Someone once sent me a mustard seed from Israel. Just to put things in to perspective, a bean seed is about four hundred times larger than a mustard seed, but it produces only a small bush. On the other hand, a normal mustard seed is only one millimeter in diameter, but it grows into a small tree. The most common mustard plants are perennial, regrowth year after year and developing deep root systems each season. You could try to uproot one of these small trees from the ground, but it will most likely break the trunk, leaving the roots in the ground to regrow a new plant.

  That is the kind of faith we must have! Jesus put the emphasis on how big our God is, not how big our faith is. With just a tiny faith, like a mustard seed, we can move mountains and nothing will be impossible.


As Christians, we need to stop measuring our faith by the size of the problem. Instead, we need to start seeing how big our God is. We need to plant that seed of faith—no matter how small—in any mountain that stands in our way and believe that it will move, because Jesus said it would. When Peter tried to walk on the water, he only took a few steps because he took his eyes off Jesus and was afraid he would sink.

As he began to sink, Jesus lifted him up out of the water and said, “O you of little faith” (Matthew 14:31). Peter had little faith, because that’s what it took to walk on water.

If he could do that with only a little faith, imagine what will happen when that faith increases!

In the final chapter of the book of Hebrews, the writer tells us: “Remember your leaders, who told you the word of God. Consider what was the result of his lifestyle, and imitate his faith” (Hebrews 13:7, NIV). As I asked earlier, if our Lord fasted, why would we think we shouldn’t fast? There is no record of Jesus ever healing anyone until he returned from the forty days of fasting that launched his earthly ministry. Jesus said that we would do even greater things than He had done, because He was going back to the Father. If Jesus did not begin to minister before fasting, how can we?

  Satan is disturbed and defeated when you decide to do more than just be a Sunday morning Christian. The devil knows that fasting releases the power of God.

On the eighteenth day of your fast, remember:

◇Pray and stay in the Word of God.

◇Continue writing down your experiences.

◇ Meditate on what this fast means to you.


Thoughts for your journal:

◇Examine any areas of unforgiveness and bitterness that the Lord is asking you to surrender to Him.

  Prayer Focus for the 18th: Bind Oppression and Fear

THERE MAY BE times in your life when your enemies or circumstances seem so big and powerful that they are all you can see. In Psalm 69, David claims that he was sinking “into a deep quagmire” (v. 2) and the current carried him away. But his heart went to adore despite the circumstances. When you worship, you not only magnify God, but you also reduce the size and power of everything else around you. God will hear you when your purpose in your heart is to worship him. When you magnify the Lord, you shrink the supposed power of the enemy, the devil. The best thing to do in the middle of a battle is to magnify the Lord. “I will praise the name of God with song, I will exalt him with praise” (Psalms 69:30).

In what areas do you need to magnify the Lord today?

  Magnify the Lord with me, and let us exalt his name together. I sought the Lord, and he heard me, and he delivered me from all my fears. —Psalm 34:3-4