Juan 3:16
Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Cuando pensamos en Dios, lo hacemos desde nuestra perspectiva limitada e influenciada por los sentidos que afectan nuestra apreciación de lo que significa su amor infinito e, inclusive, extravagante porque excede toda idea que piensa que depende de nuestros actos. El Padre es amor; esa es su esencia. Si lo conoces, ¡amas!, no solo involucrando tus sentimientos y un alma que se desborda por alguien, sino de la manera en la que Él lo hace: desde su naturaleza, en lo profundo de su ser y a pesar del rechazo, el odio, la burla, las malas decisiones…; ese es el amor que llevó a Dios a dar a su Unigénito como sacrificio perfecto para que el que en Él crea, no se pierda, sino tenga la vida eterna.
¡Él nos amó! Fue tan determinante que nada movió su parecer: se manifestó firme en Cristo, en la cruz del Calvario, para que supiéramos que ese amor es real y tenemos acceso a Él; fue evidente en esa sangre derramada, incluso, por los que siguen rechazándolo; no se detiene en lo temporal porque es eterno y, sin embargo, es particular, aunque abarca la humanidad. Particular porque nos llama a cada uno por nombre; nos escogió desde antes de la fundación del mundo, pero también ama a todos y no quiere que ninguno perezca. Ese es el amor que trasciende porque nos predestinó a ser adoptados por medio de Jesús.
Dios es eterno, y todo lo que Dios es, lo es eternamente.
Dios es amor; eternamente amor.
Oración:
¡Bendito Dios! Gracias por tu inmenso amor hacia nosotros, no te importo despejarte de tu gloria, para hacerte igual a nosotros y por medio de ese sacrificio tan grande otorgarnos libertad, tu sangre poderosa fue derramada por amor a la humanidad. Hoy tu sangre nos cubre y habla de tu inmensurable amor, que esa sangre santa y pura reviva nuestro interior, trayendo libertad y salvación en el nombre de Jesús, ¡Amén!
God is Love
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John 3:16
For God loved the world so much that he gave his only Son, so that everyone who believes in him may not perish but have eternal life.
When we think about God, we do it from our limited perspective and influenced by the senses that affect our appreciation of what his infinite love means and, even, extravagant because it exceeds any idea that he thinks depends on our actions. The Father is love; that is the essence of it. If you know him, you love!, not only involving your feelings and a soul that overflows for someone, but in the way that He does it: from his nature, in the depths of his being and despite the rejection, the hate , mockery, bad decisions…; That is the love that led God to give his Only Begotten Son as a perfect sacrifice so that whoever believes in Him will not perish, but have eternal life.
He loved us! It was so decisive that nothing moved his opinion: he manifested himself firm in Christ, on the cross of Calvary, so that we would know that this love is real and we have access to Him; it was evident in that blood spilled, even by those who continue to reject him; he does not stop at the temporal because he is eternal and yet he is particular, even though he encompasses humanity. Particular because he calls each one of us by name; he chose us before the foundation of the world, but he also loves everyone and does not want any of them to perish. That is the love that transcends because he predestined us to be adopted through Jesus.
God is eternal, and all that God is, is eternally so.
God is love; eternally love.
Prayer:
Blessed God! Thank you for your immense love towards us, you did not mind clearing yourself of your glory, to make yourself equal to us and through that great sacrifice to grant us freedom, your powerful blood was shed for love of humanity. Today your blood covers us and speaks of your immeasurable love, may that holy and pure blood revive our interior, bringing freedom and salvation in the name of Jesus, Amen!
