Háganlo todo sin quejas ni contiendas.
(Filipenses 2:14)
Una de las mayores trampas en las que caemos como cristianos es la de refunfuñar y quejarnos, lo que parece ser una tentación siempre presente en nuestras vidas. Es tan natural quejarse que parece que nacemos con una actitud quejumbrosa; no tenemos que desarrollar una.
Por otro lado, tenemos que desarrollar y alimentar una actitud agradecida. Esta es una elección que podemos hacer cada día en nuestro momento de quietud con Dios. Si hacemos una prioridad el estar ocupados alabando, adorando y agradeciendo a Dios, no habrá lugar para quejas, búsqueda de fallas o murmuraciones.
Quejarse no hace más que arruinar lo que podría ser un buen día y nos deja sintiéndonos infelices, pero el agradecimiento hace lo contrario. Un corazón agradecido nos recuerda lo bendecidos que somos y lo bueno que es Dios para con
nosotros todo el tiempo.
Pensamiento del día
Cada vez que esté tentado a quejarse, ore.
Profundice en la Palabra de Dios: 1 Pedro 4:9; Santiago 5:9
Saying No to a Complaining Attitude
Do everything without murmuring or questioning [the providence of God]. (Philippians 2:14)
One of the biggest traps we fall into as Christians is the trap of grumbling and complaining, which seems to be an ever-present temptation in our lives. It’s so natural to complain that it seems that we are born with a complaining attitude—we don’t have to develop one.
On the other hand, we do have to develop and nurture a thankful attitude. This is a choice we can make each day in our quiet time with God. If we make it a priority to stay busy praising, worshipping, and thanking God, there will be no room for complaining, faultfinding, or murmuring.
Complaining does nothing but ruin what could be a good day, and it leaves us feeling unhappy, but thankfulness does the opposite. A grateful heart reminds us of how blessed we are and how good God is to us all the time.
Today’s Thought
Each time you are tempted to complain, pray instead.
Dig Deeper into God’s Word:
Study 1 Peter 4:9; James 5:9