Entonces Ezequías volvió su rostro hacia la pared y oró al SEÑOR: «Te ruego, oh SEÑOR, que Te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante de Ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante Tus ojos.” Y Ezequías lloró amargamente. (ISAÍAS 38.2–3, NBLH)
Rompe un espejo y tendrás siete años de maldición. Trágate una goma de mascar y se quedará en tu estómago durante siete años.
¿Qué tienen en común estas frases? Son cuentos de viejas, o refranes supersticiosos que se transmiten de generación en generación. En realidad, esos cuentos de vieja no son verdad.
El rey Ezequías escuchó sin duda su porción de estos cuentos cuando estuvo mortalmente enfermo. Era un rey piadoso y, por ello, recurrió al Señor en lugar de a la superstición y le suplicó que le alargara la vida. ¡Y Dios le concedió su petición! Ezequías no solo viviría quince años más, sino que estaría a salvo de los asirios que les hacían la guerra de forma perpetua (Isaías 38.5–6).
A las personas que no conocen a Dios la oración les parece ridícula, como los cuentos de viejas. «Espera —podrían decir—. ¿Crees que un tipo invisible escucha lo que dices en tu mente o en voz alta, y después te responde? Suena ridículo, ¿no es así?».
La oración no es una línea directa mágica, sino una comunicación sobrenatural con un Padre celestial vivo que respira y que contesta las oraciones. La oración es real y funciona.
Oración:
Señor, me maravilla pensar que me oyes, incluso ahora mismo. Gracias por escuchar mis oraciones. Dame la oportunidad de mostrarles a mis amigos lo asombroso que eres.
Day 95 – The Real Deal
Hezekiah turned his face to the wall and prayed to the LORD, “Remember, LORD, how I have walked before you faithfully and with wholehearted devotion and have done what is good in your eyes.” And Hezekiah wept bitterly.
(ISAIAH 38:2–3)
Step on a crack; break your mother’s back. Swallow gum, and it stays in your stomach for seven years.
What do these statements have in common? They’re old wives’ tales, or superstitious sayings passed down through the generations. In fact, these old wives’ tales are not true.
King Hezekiah probably heard his share of old wives’ tales when he became deathly ill. A godly king, Hezekiah turned to the Lord instead of superstition and begged him to extend his life. And God granted his request! Hezekiah would not only live fifteen more years but also stay safe from the perpetually warring Assyrians (Isaiah 38:5–6).
To people who don’t know God, prayer seems ridiculous, like an old wives’ tale. “Wait,” they might say. “You believe some invisible dude hears what you say in your mind or out loud, then answers you?” It sounds pretty weird, right?
Prayer is not a magical hotline, but it is a supernatural communication with a living, breathing heavenly Father who answers prayers. Prayer is real, and it works.
Prayer:
God, it blows my mind to think you’re hearing me, even right now. Thank you for listening to my prayers. Give me a chance to show your awesomeness to my friends.