¿Hasta cuándo, Señor, estarás mirando? Rescata mi alma de sus estragos, mi única vida de los leones. (SALMOS 35.17, LBLA)
David era un hombre según el propio corazón de Dios (leer Hechos 13.22). Creerías que una declaración como esta se referiría a una persona que amaba a Dios todo el tiempo, que siempre hiciera lo correcto y que nunca alzara la voz. Decididamente no sería alguien que se quejara todo el tiempo, ¿verdad?
Sin embargo, David tuvo sus momentos. Cuando estaba de mal humor o cuando había tenido un día duro, era dramático. Gimoteaba. Siempre le decía a Dios lo que estaba sintiendo. Era totalmente sincero cuando se sentía abandonado, asustado o enojado. David era genuino con Dios. Pero también sabía que Dios cambiaría su corazón desde dentro hacia fuera. En Salmos 35.18 demuestra este punto: «Yo te daré gracias en la gran asamblea; ante una multitud te alabaré».
Tú también puedes ser tú mismo con Dios. Le encanta cuando le dices cómo te sientes (¡algo que él ya sabe de todos modos!). Le gusta pasar tiempo contigo. Se deleita cuando confías lo suficiente en él como para contarle también esas emociones negativas. Y cuando te fías de él en estas cosas, él es capaz de cambiar tu tristeza y tu enfado en alabanza y gozo. Esa es la naturaleza de Dios. Por tanto, no temas desahogarte delante de él.
Oración:
Señor, sé que en ocasiones tengo una mala actitud. En lugar de contagiar con mi actitud a otras personas, ayúdame a traerla delante de ti, a ser real y sincero contigo para que puedas cambiarme desde el interior al exterior.
Day 90 – Get Real
How long, Lord, will you look on? Rescue me from their ravages, my precious life from these lions.
(PSALM 35:17)
David was a man after God’s own heart (read Acts 13:22). You would think a statement like that would refer to a guy who loved God all the time, always did the right thing, and never raised his voice. He definitely wouldn’t be a guy who whines—would he?
But David had his moments. When he was in a bad mood or when he had a rough day, he was dramatic. He whined. He always told God what he was feeling. He was totally honest when he felt abandoned, scared, or angry. David was real with God. But David also knew that God would change his heart from the inside out. Psalm 35:18 proves the point: “I will give you thanks in the great assembly; among the throngs I will praise you.”
You can be real with God too. When you tell him how you’re feeling (which he already knows anyway!), he loves it. He loves time with you. He loves when you trust him enough to expose the negative emotions. And when you do trust him with those things, he is able to change your sorrow and anger into praise and joy. That’s the nature of God. So don’t be afraid to let it all out.
Prayer:
God, I know that sometimes I have a bad attitude. Instead of spreading that attitude to other people, help me to bring it to you—to be real and honest with you so that you can change me from the inside out.