Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo.
COLOSENSES 3:23 (NVI)
En Isaías 29 Dios se queja de la adoración poco entusiasta e hipócrita. El pueblo le estaba ofreciendo oraciones desanimadas, una alabanza fingida, palabras vacías y rituales elaborados por el hombre, sin siquiera pensar en su significado. No podemos llegar al corazón de Dios con la tradición en la adoración; a Dios lo conmueve la pasión y el compromiso. La Biblia dice: «Este pueblo me alaba con la boca y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Su adoración no es más que un mandato enseñado por hombres». La adoración no es parte de tu vida, es tu vida.
La adoración no es solo para el servicio religioso. Se nos dice que debemos adorarlo continuamente y alabarlo «¡desde el amanecer hasta que el sol se ponga!». En la Biblia, la gente alababa a Dios en el trabajo, en el hogar, en las batallas, en la cárcel y ¡hasta en la cama! La alabanza debería ser la primera actividad de la mañana cuando despertamos y lo último que hacemos por la noche, antes de cerrar los ojos para descansar. David dijo: «Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán».
Cualquier actividad puede transformarse en un acto de adoración cuando la hacemos para alabar, glorificar y complacer a Dios. La Escritura afirma: «Ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios». Martín Lutero declaró: «Una muchacha puede ordeñar vacas para la gloria de Dios».
¿Cómo es posible hacer todo para la gloria de Dios? Lo es si actuamos como si lo estuviéramos haciendo para Jesús y conversamos con él mientras lo hacemos. La Biblia dice: «Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie de este mundo».
Este es el secreto para una vida de adoración: Hacer todo como si lo hicieras para Jesús. Una paráfrasis lo expresa así: «Toma tu vida cotidiana, la vida de todos los días —tu descanso, tus comidas, tu trabajo, y tus idas y venidas— y ponlas como una ofrenda ante Dios». El trabajo se convierte en adoración cuando se lo dedicamos a él y lo llevamos a cabo conscientes de su presencia.
Cuando me enamoré de mi esposa, pensaba en ella todo el tiempo: cuando desayunaba, cuando conducía al colegio, cuando estaba en clase, cuando hacía fila para las compras, cuando cargaba combustible: ¡No podía dejar de pensar en ella! A menudo me hablaba a mí mismo de ella y pensaba en todas las cosas que me agradaban de su persona. Eso me ayudó a sentirme muy cerca de Kay, aunque vivíamos alejados y asistíamos a dos centros de enseñanza distintos. Pensando constantemente en ella, permanecía en su amor. La verdadera adoración se trata justamente de eso: de enamorarse de Jesús.
DÍA 8
Pensando en mi propósito
PUNTO DE REFLEXIÓN: Fui planeado para agradar a Dios.
VERSÍCULO PARA RECORDAR: «Porque el SEÑOR se complace en su pueblo». Salmo 149:4a (NVI).
PREGUNTA PARA CONSIDERAR: ¿Qué puedo comenzar a hacer como si lo hiciera directamente para Jesús?
DAY 8/Third part • Planned for God’s Pleasure
Whatever you do, work at it with all your heart, as working for the Lord, not for human masters. COLOSSIANS 3:23 (NIV)
In Isaiah 29 God complains about worship that is halfhearted and hypocritical. The people were offering God stale prayers, insincere praise, empty words, and man-made rituals without even thinking about the meaning. God’s heart is not touched by tradition in worship, but by passion and commitment. The Bible says, “These people come near to me with their mouth and honor me with their lips, but their hearts are far from me. Their worship of me is made up only of rules taught by men.”
Worship is not a part of your life; it is your life. Worship is not just for church services. We are told to “worship him continually” and to “praise him from sunrise to sunset.” In the Bible people praised God at work, at home, in battle, in jail, and even in bed! Praise should be the first activity when you open your eyes in the morning and the last activity when you close them at night. David said, “I will thank the Lord at all times. My mouth will always praise him.”
Every activity can be transformed into an act of worship when you do it for the praise, glory, and pleasure of God. The Bible says, “So whether you eat or drink or whatever you do, do it all for the glory of God.” Martin Luther said, “A dairymaid can milk cows to the glory of God.”
How is it possible to do everything to the glory of God? By doing everything as if you were doing it for Jesus and by carrying on a continual conversation with him while you do it. The Bible says, “Whatever you do, work at it with all your heart, as working for the Lord, not for men.”
This is the secret to a lifestyle of worship — doing everything as if you were doing it for Jesus. The Message paraphrase says, “Take your everyday, ordinary life — your sleeping, eating, going-to-work, and walking-around life — and place it before God as an offering.” Work becomes worship when you dedicate it to God and perform it with an awareness of his presence.
When I first fell in love with my wife, I thought of her constantly: while eating breakfast, driving to school, attending class, waiting in line at the market, pumping gas — I could not stop thinking about this woman! I often talked to myself about her and thought about all the things I loved about her. This helped me feel close to Kay even though we lived several hundred miles apart and attended different colleges. By constantly thinking of her, I was abiding in her love. This is what real worship is all about — falling in love with Jesus.
DAY 8
Thinking about My Purpose
POINT TO PONDER: I was planned for God’s pleasure.
VERSE TO REMEMBER: “The LORD takes pleasure in his people.”
PSALM 149:4A (TEV)
QUESTION TO CONSIDER:
What common task could I start doing as if I were doing it directly for Jesus?