Día 67 • El poder de las palabras

De tristeza llora mi alma; fortaléceme conforme a tu palabra. (SALMOS 119.28, LBLA)

Los animales tienen formas únicas de mostrar su agitación, el temor o la infelicidad. Los caballos rabiosos agachan las orejas. Las iguanas irritadas baten la cola de un lado a otro. Y, ¿quién puede olvidar a los peces globo cuando se asustan? ¡Se inflan como un globo cubierto de púas!

A diferencia del pez globo, los seres humanos no se preocupan por ser la comida de una serpiente marina. Sin embargo, se deprimen por culpa del mundo desordenado que los rodea. Para enfrentarse a esos sentimientos, algunas personas recurren a los deportes o a las actividades físicas intensas. Otros se entregan a su hobby o buscan (y, por lo general, encuentran) problemas.

El rey David no fue ajeno a la frustración, la ira o la tristeza. A pesar de ello, lo que aliviaba su estrés era algo un poco inusual: recurría a la Palabra de Dios. La Biblia no es un puñado de miles de páginas de historia o normas antiguas y aburridas. Esas páginas tienen literalmente el poder de cambiar vidas. Y, como mostró David, la Palabra de Dios puede proporcionar gran fuerza a sus lectores.

Resulta impresionante decirle adiós al estrés por medio de los deportes, los amigos o los hobbies. Sin embargo, esas cosas solo proporcionan un alivio temporal. Para la paz permanente, la fuerza y el gozo, abre tu Biblia. Deja que las imponentes palabras de Dios recarguen tu alma cansada, asustada o confusa.

Es una opción mucho mejor que la que tiene el pez globo, ¿no crees?

Oración:

Señor, cuando estoy enojado, triste o frustrado, recuérdame que acuda a ti primero. Ayúdame a recordar que tú cubres mis espaldas. Tu Palabra contiene consuelo y aliento para cada problema.


Day 67 • Word Power

My soul is weary with sorrow; strengthen me according to your word. 
(PSALM 119:28)

Animals have unique ways of showing agitation, fear, or sadness. Mad horses flatten their ears. Irritated iguanas whip their tales back and forth. And who can forget the freaked-out puffer fish? It blows up like a spiky balloon!

Unlike the puffer fish, humans don’t worry about getting eaten by a sea snake. But we do get bummed out because of the messed-up world around us. To deal with those feelings, some people turn to sports or energy-burning physical activities. Others throw themselves into their hobby or look for (and usually find) trouble.


King David was no stranger to frustration, anger, or sadness. Yet his stress relief was a little unusual: he turned to the Word of God. The Bible isn’t a few thousand pages of boring old history or rules. Those pages literally have the power to change lives. And as David showed, God’s Word can give great strength to its readers.

It’s awesome to kiss stress goodbye through sports, friends, or hobbies. But those things only give a temporary fix. For permanent peace, strength, and joy, crack open your Bible. Let the awe-inspiring words of God recharge your tired, scared, or confused soul.

It’s a much better option than what the puffer fish has to do, don’t you think?


Prayer:
Lord, when I am angry or sad or frustrated, remind me to turn to you first. Help me to remember that you have my back. Your Word contains comfort and encouragement for every problem.