DÍA 26/4ta Parte – Crecimiento a través de la tentación

Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. EFESIOS 6:11 (NVI)

Cómo vencer la tentación

Entender cómo opera la tentación ya es en sí mismo útil, pero hay pasos específicos que necesitas dar para vencerla.

Rehúsate a ser intimidado. Muchos cristianos se asustan y se desmoralizan con pensamientos tentadores, se sienten culpables porque no están «por encima» de la tentación. Se sienten avergonzados por el solo hecho de ser tentados. No han entendido correctamente en qué consiste la madurez. Nunca podremos dejar atrás la tentación.

En un sentido puedes considerar la tentación como un cumplido. Satanás no tiene que tentar a los que están haciendo su mala voluntad; ya son de él. La tentación es una señal de que Satanás te odia, no de tu debilidad o mundanalidad. También es una parte normal del ser humano y del hecho de vivir en un mundo caído. No te sorprendas ni te asustes o descorazones por ser tentado. Sé realista en cuanto a la incapacidad de evitar la tentación; nunca podrás evitarla completamente. La Biblia dice: «Cuando llegue la tentación…», no dice: «Si llega la tentación». Pablo aconseja: «Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano».

No es un pecado ser tentado. Jesús lo fue, sin embargo, nunca pecó.9 La tentación solo se convierte en pecado cuando cedes ante ella. Martín Lutero dijo: «Usted no puede impedir que los pájaros vuelen encima de su cabeza, pero puede impedir que hagan un nido en su pelo». No puedes impedir que el diablo te sugiera determinados pensamientos, pero sí puedes decidir no darles cabida o actuar en base a ellos.

Por ejemplo, muchas personas no distinguen la diferencia que hay entre la atracción física o la excitación sexual y la lujuria. No son lo mismo. Dios nos creó como seres sexuales, y eso es bueno. La atracción y la excitación son respuestas naturales, espontáneas y dadas por Dios a la belleza física, mientras que la lujuria es un acto deliberado de la voluntad.

La lujuria es la opción de cometer en tu mente lo que te gustaría hacer con tu cuerpo. Puedes sentirte atraído o incluso excitado y, sin embargo, decidir no pecar por lujuria. Muchas personas, sobre todo los varones cristianos, se sienten culpables porque las hormonas que Dios les dio se les alborotan. Cuando automáticamente una mujer atractiva les llama la atención, suponen que es lujuria y se sienten avergonzados y condenados. Pero la atracción no es lujuria hasta que se le da cabida.

Reflexión:

La tentación es una señal de que Satanás te odia, no de tu debilidad o mundanalidad.


DAY 26/Fourth part – Growing through Temptation

Put on the full armor of God so that you can take your stand against the devil’s schemes.

EPHESIANS 6:11 (NIV)

Overcoming Temptation

Understanding how temptation works is in itself helpful, but there are specific steps you need to take to overcome it.

Refuse to be intimidated. Many Christians are frightened and demoralized by tempting thoughts, feeling guilty that they aren’t “beyond” temptation. They feel ashamed just for being tempted. This is a misunderstanding of maturity. You will never outgrow temptation.

In one sense you can consider temptation a compliment. Satan does not have to tempt those who are already doing his evil will; they are already his. Temptation is a sign that Satan hates you, not a sign of weakness or worldliness. It is also a normal part of being human and living in a fallen world. Don’t be surprised or shocked or discouraged by it. Be realistic about the inevitability of temptation; you will never be able to avoid it completely. The Bible says, “When you’re tempted, . . .” not if. Paul advises, “Remember that the temptations that come into your life are no different from what others experience.”

It Is not a sin to be tempted. Jesus was tempted, yet he never sinned. 9 Temptation only becomes a sin when you give in to it. Martin Luther said, “You cannot keep birds from flying over your head but you can keep them from building a nest in your hair.” You can’t keep the Devil from suggesting thoughts, but you can choose not to dwell or act on them.

For example, many people don’t know the difference between physical attraction or sexual arousal, and lust. They are not the same. God made every one of us a sexual being, and that is good. Attraction and arousal are the natural, spontaneous, God-given responses to physical beauty, while lust is a deliberate act of the will. Lust is a choice to commit in your mind what you’d like to do with your body. You can be attracted or even aroused without choosing to sin by lusting. Many people, especially Christian men, feel guilty that their God-given hormones are working. When they automatically notice an attractive woman, they assume it is lust and feel ashamed and condemned. But attraction is not lust until you begin to dwell on it.

Reflection:

Temptation is a sign that Satan hates you, not a sign of weakness or worldliness.