¡Tengan cuidado! No permitan que los malos pensamientos o las dudas hagan que alguno de ustedes se aparte del Dios vivo.
HEBREOS 3:12 (PAR)
Por ejemplo, Dios nos enseña a amar poniéndonos personas desagradables a nuestro alrededor. No requieres fuerza de voluntad para amar a las personas que son encantadoras y amorosas contigo. Dios nos enseña el verdadero gozo en medio de la tristeza cuando nos volvemos a él. La felicidad depende de las circunstancias externas, pero el gozo está basado en tu relación con Dios.
Dios desarrolla la paz verdadera dentro de nosotros, no haciendo que las cosas vayan de la manera en que lo habíamos planeado, sino permitiendo tiempos de caos y confusión. Cualquiera puede tener paz observando un hermoso ocaso o descansando cuando está de vacaciones. Aprendemos a tener paz verdadera cuando escogemos confiar en Dios en circunstancias en las que nos sentimos tentados a preocuparnos o tener miedo. De igual modo, la paciencia se desarrolla en las circunstancias que nos obligan a esperar, cuando somos tentados a enfadarnos o estamos a punto de explotar.
Dios utiliza la situación opuesta de cada fruto para que tengamos la posibilidad de elegir. No puedes decir que eres bueno si nunca has sido tentado a ser malo. No puedes decir que eres fiel si nunca has tenido la oportunidad de ser infiel. La integridad se construye derrotando la tentación a ser deshonestos; la humildad crece cuando nos negamos a ser orgullosos; y desarrollas la paciencia cada vez que rechazas la tentación de rendirte. ¡Cada vez que derrotas una tentación te pareces más a Jesús!
Cómo opera la tentación
Nos ayuda saber que Satanás es completamente predecible. Él ha usado la misma estrategia y las viejas artimañas desde la creación. Todas las tentaciones siguen el mismo modelo. Por eso Pablo dijo: «No ignoramos sus artimañas». De la Biblia aprendemos que la tentación sigue un proceso de cuatro pasos, los mismos que Satanás usó tanto con Adán y Eva como con Jesús.
En el primer paso, Satanás identifica un deseo dentro de ti. Puede ser un deseo pecaminoso, como el de venganza o el de manipular a otros, o puede ser uno legítimo y normal, como el deseo de ser amado y valorado o de sentir placer. La tentación empieza cuando Satanás te sugiere (con un pensamiento) que cedas a un deseo malo o que satisfagas un deseo legítimo de manera equivocada o en el momento errado. Ten siempre cuidado con los atajos. ¡A menudo son tentaciones! Satanás susurra: «¡Te lo mereces! ¡Debes tenerlo ahora! Será emocionante… reconfortante… o te hará sentir mejor».
Reflection:
Pensamos que la tentación está alrededor de nosotros, pero Dios dice que empieza dentro de nosotros.
DAY 26/Second part • Growing through Temptation
Watch out! Don’t let evil thoughts or doubts make any of you turn from the living God.
HEBREWS 3:12 (CEV)
God develops real peace within us, not by making things go the way we planned, but by allowing times of chaos and confusion. Anyone can be peaceful watching a beautiful sunset or relaxing on vacation. We learn real peace by choosing to trust God in circumstances in which we are tempted to worry or be afraid. Likewise, patience is developed in circumstances in which we’re forced to wait and are tempted to be angry or have a short fuse.
God uses the opposite situation of each fruit to allow us a choice. You can’t claim to be good if you have never been tempted to be bad. You can’t claim to be faithful if you have never had the opportunity to be unfaithful. Integrity is built by defeating the temptation to be dishonest; humility grows when we refuse to be prideful; and endurance develops every time you reject the temptation to give up. Every time you defeat a temptation, you become more like Jesus!
How Temptation Works
It helps to know that Satan is entirely predictable. He has used the same strategy and old tricks since Creation. All temptations follow the same pattern. That’s why Paul said, “We are very familiar with his evil schemes.” From the Bible we learn that temptation follows a four-step process, which Satan used both on Adam and Eve and on Jesus.
In step one, Satan identifies a desire inside of you. It may be a sinful desire, like the desire to get revenge or to control others, or it may be a legitimate, normal desire, like the desire to be loved and valued or to feel pleasure. Temptation starts when Satan suggests (with a thought) that you give in to an evil desire, or that you fulfill a legitimate desire in a wrong way or at the wrong time. Always beware of shortcuts. They are often temptations! Satan whispers, “You deserve it! You should have it now! It will be exciting . . . comforting . . . or make you feel better.”
We think temptation lies around us, but God says it begins within us. If you didn’t have the internal desire, the temptation could not attract you. Temptation always starts in your mind, not in circumstances. Jesus said, “For from within, out of a person’s heart, come evil thoughts, sexual immorality, theft, murder, adultery, greed, wickedness, deceit, eagerness for lustful pleasure, envy, slander, pride, and foolishness. All these vile things come from within.” James tells us that there is “a whole army of evil desires within you.”
Reflection:
We think temptation lies around us, but God says it begins within us.