Día 24/5ta Parte • Transformados por la verdad

Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. JOSUÉ 1:8 (NVI)

Como mencioné en el capítulo 11, si sabes cómo preocuparte, ya sabes meditar. La preocupación es el pensamiento concentrado en algo negativo. La meditación es hacer lo mismo, solo que te enfocas en la Palabra de Dios más que en tu problema.

Ningún otro hábito puede ayudarte mejor a transformar tu vida para que te parezcas más a Jesús que la reflexión diaria en las Escrituras. Mientras dedicamos tiempo para contemplar la verdad de Dios, reflexionando a conciencia en el ejemplo de Cristo, somos «transformados a su semejanza con más y más gloria».

Si buscas en la Biblia todas las veces que Dios se refiere a la meditación, te asombrará descubrir los beneficios que él ha prometido a los que dedican tiempo para reflexionar en su Palabra durante el día. Una de las razones por las que Dios le llamó a David «un hombre conforme a mi corazón» es porque le agradaba reflexionar en la Palabra de Dios. Él dijo: «¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella». La reflexión minuciosa sobre la verdad de Dios es una llave a la oración contestada y el secreto de una vida victoriosa.

Debo aplicar sus principios. Es completamente inútil recibir, leer, investigar, recordar y reflexionar en la Palabra si no la ponemos en práctica. Debemos llegar a ser «hacedores de la palabra». Este es el paso más difícil de todos, porque Satanás lucha intensamente. A él no le molesta que vayamos a los estudios bíblicos con tal de que no hagamos nada de lo que aprendemos.

Nos engañamos cuando pensamos que simplemente porque hemos oído, leído o estudiado una verdad, la hemos integrado a nuestra vida. En la actualidad puedes estar tan ocupado yendo a la próxima clase o seminario o conferencia bíblica que no tienes tiempo para poner en práctica lo que aprendiste. Olvidas lo aprendido mientras vas camino a tu próximo estudio. Sin aplicación, todos nuestros estudios bíblicos carecen de valor. Jesús dijo: «Todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca». Jesús también enseñó que la bendición de Dios viene por obedecer la verdad, no solo por conocerla. Él dijo: «Ahora que saben estas cosas, Dios los bendecirá por hacerlas».

La verdad nos liberará, ¡pero antes puede hacernos sentir miserables!

Otra razón por la que evitamos la puesta en práctica de la Palabra de Dios es que puede ser difícil o incluso dolorosa. La verdad nos liberará, ¡pero antes puede hacernos sentir miserables! La Palabra de Dios saca a la luz nuestros motivos, señala nuestros defectos, reprocha nuestro pecado y espera que cambiemos. Como está en nuestra naturaleza humana resistirnos al cambio, poner en práctica la Palabra de Dios es un trabajo arduo. Por eso es tan importante dialogar con otras personas acerca de su aplicación personal.

No puedo exagerar la importancia que tiene formar parte de un pequeño grupo de estudio bíblico. Siempre aprendemos de otros las verdades que nunca aprenderíamos solos. Otras personas te ayudan a ver cosas que pasas por alto, así como a poner en práctica la verdad de Dios.

La mejor manera de llegar a ser un «hacedor de la Palabra» es escribir siempre un paso de acción como resultado de la lectura, estudio o reflexión de la Palabra de Dios. Desarrolla el hábito de anotar exactamente lo que piensas hacer. Este paso de acción debe ser personal (involucrándote tú mismo), práctico (algo que puedes hacer), y comprobable (con plazo límite para hacerlo). Todas las medidas prácticas deben involucrar tu relación con Dios, tu relación con otros o tu carácter personal.

Antes de leer el próximo capítulo, dedica unos minutos para pensar en esta pregunta: ¿Qué es lo que ya te dijo Dios en su Palabra que tienes que hacer y aún no has c”menzado? Luego anota algunas declaraciones de acción para ayudarte a poner en práctica lo que sabes que debes hacer. Podrías contarle a un amigo lo que te propusiste realizar para rendirle cuentas. Como dijo D.L. Moody: «La Biblia no fue dada para aumentar nuestro conocimiento, sino para cambiar nuestra vida».

DÍA 24

Pensando en mi propósito

PUNTO DE REFLEXIÓN: La verdad me transforma.

VERSÍCULO PARA RECORDAR: «Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». Juan 8:31-32 (RVR60).

PREGUNTA PARA CONSIDERAR: ¿Qué es lo que ya me ha dicho Dios en su Palabra que todavía no he empezado a hacer?


DAY 24/Fifth part – Transformed by Truth

Keep this Book of the Law always on your lips; meditate on it day and night, so that you may be careful to do everything written in it. Then you will be prosperous and successful.

JOSHUA 1:8 (NIV)

If you look up all the times God speaks about meditation in the Bible, you will be amazed at the benefits he has promised to those who take the time to reflect on his Word throughout the day. One of the reasons God called David “a man after my own heart”  is that David loved to reflect on God’s Word. He said, “How I love your teachings! I think about them all day long.”  Serious reflection on God’s truth is a key to answered prayer and the secret to successful living. 

I must apply its principles. Receiving, reading, researching, remembering, and reflecting on the Word are all useless if we fail to put them into practice. We must become “doers of the word.”  This is the hardest step of all, because Satan fights it so intensely. He doesn’t mind you going to Bible studies as long as you don’t do anything with what you learn.

We fool ourselves when we assume that just because we have heard or read or studied a truth, we have internalized it. Actually, you can be so busy going to the next class or seminar or Bible conference that you have no time to implement what you’ve learned. You forget it on the way to your next study. Without implementation, all our Bible studies are worthless. Jesus said, “Everyone who hears these words of mine and puts them into practice is like a wise man who built his house on the rock.”  Jesus also pointed out that God’s blessing comes from obeying the truth, not just knowing it. He said, “Now that you know these things, you will be blessed if you do them.”

Another reason we avoid personal application is that it can be difficult or even painful. The truth will set you free, but first it may make you miserable! God’s Word exposes our motives, points out our faults, rebukes our sin, and expects us to change. It’s human nature to resist change, so applying God’s Word is hard work. This is why it is so important to discuss your personal applications with other people.

The truth will set you free, but first it may make you miserable!

I cannot overstate the value of being a part of a small Bible study discussion group. We always learn from others truths we would never learn on our own. Other people will help you see insights you would miss and help you apply God’s truth in a practical way.

The best way to become a “doer of the Word” is to always write out an action step as a result of your reading or studying or reflecting on God’s Word. Develop the habit of writing down exactly what you intend to do. This action step should be personal (involving you), practical (something you can do), and provable (with a deadline to do it). Every application will involve either your relationship to God, your relationship to others, or your personal character.

Before reading the next chapter, spend some time thinking about this question: What has God already told you to do in his Word that you haven’t started doing yet? Then write down a few action statements that will help you act on what you know. You might tell a friend who can hold you accountable. As D. L. Moody said, “The Bible was not given to increase our knowledge but to change our lives.”

DAY 24

Thinking about My Purpose

POINT TO PONDER: The truth transforms me.

VERSE TO REMEMBER: “If ye continue in my word, then are ye my disciples indeed; and ye shall know the truth, and the truth shall make you free.” JOHN 8:31 — 32 (KJV)

QUESTION TO CONSIDER: What has God already told me in his Word that I haven’t started doing yet?