Día 23 – 3ra Parte • Cómo crecemos

Dejen que Dios los transforme en una nueva persona, cambiando su forma de pensar. ROMANOS 12:2 (BAD)


Para ser como Cristo debes desarrollar en ti su mente. El Nuevo Testamento le llama a este cambio mental arrepentimiento, que en griego literalmente significa «cambiar tu mentalidad». Te arrepientes siempre que cambias tu manera de pensar y adoptas la manera de pensar de Dios: con respecto a ti mismo, al pecado, Dios, otras personas, la vida, tu futuro y todo lo demás. Asumes la actitud de Cristo y su perspectiva.

Se nos manda que pensemos «del mismo modo en que pensaba Cristo Jesús». Este mandamiento tiene dos facetas. La primera faceta de este cambio mental consiste en dejar los pensamientos inmaduros, que son egoístas. La Biblia dice: «No sean niños en su modo de pensar. Sean niños en cuanto a la malicia, pero adultos en su modo de pensar». Los niños son por naturaleza completamente egoístas. Solo piensan en sí mismos y sus propias necesidades. Son incapaces de dar; solo pueden recibir. Tienen una manera de pensar inmadura. Por desgracia, muchas personas nunca se desarrollan más allá de ese nivel. La Biblia dice que esta manera egoísta de pensar es el origen de conductas pecaminosas: «Los que viven siguiendo sus egos pecaminosos solo piensan en las cosas que su ego pecaminoso desea».

La segunda faceta para pensar como Jesús consiste en que empieces a meditar con madurez, enfocándote en otros, no en ti mismo. En su gran capítulo sobre el amor verdadero, Pablo concluyó que pensar en los demás era señal de madurez: «Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño».

En la actualidad, muchos suponen que la madurez espiritual se mide por la cantidad de información bíblica y doctrina que uno sepa. Si bien el conocimiento es una medida de la madurez, no es todo lo que se necesita. La vida cristiana es mucho más que credos y convicciones; incluye la conducta y el carácter. Nuestros hechos deben ser congruentes con nuestros credos, y nuestras creencias deben ser respaldadas con una conducta semejante a la de Cristo.

El cristianismo no es una religión, ni una filosofía, sino una relación y un estilo de vida. El centro de ese estilo de vida es pensar en los demás, como lo hizo Jesús, en lugar de pensar en nosotros mismos. La Biblia dice: «Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo. Porque ni siquiera Cristo se agradó a sí mismo».

Pensar en los demás es la esencia de ser semejantes a Cristo y la mejor evidencia del crecimiento espiritual. Esta manera de pensar es antinatural, va en contra de nuestra cultura, es rala y difícil. Afortunadamente tenemos ayuda: «Dios nos ha dado su Espíritu. Por eso nosotros no pensamos igual que las personas de este mundo».En los siguientes capítulos miraremos las herramientas que el Espíritu Santo usa para ayudarnos a crecer.


DÍA 23

Pensando en mi propósito

PUNTO DE REFLEXIÓN: Nunca es demasiado tarde para empezar a crecer.



VERSÍCULO PARA RECORDAR: «Cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto». Romanos 12:2 (DHH).


PREGUNTA PARA CONSIDERAR: ¿Cuál es una de las áreas donde necesito dejar de pensar a mi manera y comenzar a pensar a la manera de Dios?


DAY 23/Third part – How We Grow

Let God transform you inwardly by a complete change of your mind. Then you will be able to know the will of God — what is good and is pleasing to him and is perfect.

ROMANS 12:2 (TEV)

To be like Christ you must develop the mind of Christ. The New Testament calls this mental shift repentance, which in Greek literally means “to change your mind.” You repent whenever you change the way you think by adopting how God thinks — about yourself, sin, God, other people, life, your future, and everything else. You take on Christ’s outlook and perspective.

We are commanded to “think the same way that Christ Jesus thought.”  There are two parts to doing this. The first half of this mental shift is to stop thinking immature thoughts, which are self-centered and self-seeking. The Bible says, “Stop thinking like children. In regard to evil be infants, but in your thinking be adults.” Babies by nature are completely selfish. They think only of themselves and their own needs. They are incapable of giving; they can only receive. That is immature thinking. Unfortunately, many people never grow beyond that kind of thinking. The Bible says that selfish thinking is the source of sinful behavior: “Those who live following their sinful selves think only about things that their sinful selves want.”

The second half of thinking like Jesus is to start thinking maturely, which focuses on others, not yourself. In his great chapter on what real love is, Paul concluded that thinking of others is the mark of maturity: “When I was a child, I talked like a child, I thought like a child, I reasoned like a child. When I became a man, I put childish ways behind me.”

Today many assume that spiritual maturity is measured by the amount of biblical information and doctrine you know. While knowledge is one measurement of maturity, it isn’t the whole story. The Christian life is far more than creeds and convictions; it includes conduct and character. Our deeds must be consistent with our creeds, and our beliefs must be backed up with Christlike behavior.

Christianity is not a religion or a philosophy, but a relationship and a lifestyle. The core of that lifestyle is thinking of others, as Jesus did, instead of ourselves. The Bible says, “We should think of their good and try to help them by doing what pleases them. Even Christ did not try to please himself.” 

Thinking of others is the heart of Christlikeness and the best evidence of spiritual growth. This kind of thinking is unnatural, counter-cultural, rare, and difficult. Fortunately we have help: “God has given us his Spirit. That’s why we don’t think the same way that the people of this world think.” In the next few chapters we will look at the tools the Holy Spirit uses to help us grow.

DAY 23

Thinking about My Purpose

POINT TO PONDER: It is never too late to start growing.

VERSE TO REMEMBER: “Let God transform you inwardly by a complete change of your mind. Then you will be able to know the will of God — what is good and is pleasing to him and is perfect.” ROMANS 12:2B (TEV) QUESTION TO CONSIDER: What is one area where I need to stop thinking my way and start thinking God’s way?