Ustedes deben responder así a sus hermanos y amigos: «¿Qué ha dicho el Señor? ¿Qué ha respondido?». Y nunca más se acordarán de decir: «Profecía del Señor», pues lo que cada uno de ustedes diga le servirá de profecía, ya que ustedes pervirtieron las palabras del Dios vivo, nuestro Dios, el Señor de los ejércitos.
(JEREMÍAS 23.35–36, RVC)
Los israelitas, que tan mal se estaban comportando, odiaban a los profetas enviados por Dios. No escatimaron a Jeremías. Estaban tan hartos de escuchar las profecías que empezaron a burlarse de él. En versiones antiguas de las Escrituras se indica que Jeremías solía declarar: «Carga de Jehová…», y empezaba a predicarle al pueblo. De manera que este volvió esta palabra contra él: «¡Tú, vieja carga de Jehová!», y así lo llamaban. Entonces empezaron a burlarse de él preguntando con sarcasmo: «¿Qué es la carga de Jehová?». ¡Qué multitud tan dura!
Jeremías fue expulsado, rechazado y odiado. A pesar de ello, vivía para servir a Dios. ¿Cómo siguió Jeremías adelante? Dios era más importante que lo que cualquier otro pudiera decirle o hacerle. Y Dios le proporcionó la fuerza para proseguir con su dura tarea.
Los pastores y los líderes de iglesia también tienen un duro trabajo. No a todos les gusta lo que tienen que decir, y trabajan duro día y noche. Incluso cuando no estés de acuerdo con ciertos pastores o ministros ni te gusten, están sirviendo a Dios y viviendo para él. Escucha. Considera tus palabras. Dales las gracias por su servicio. Dios te bendecirá por reconocer el trabajo desafiante que tienen que realizar.
Oración
Señor, te ruego que bendigas al pastor y a los líderes de mi iglesia. Tienen una difícil tarea y necesitan tu fuerza para llevarla bien a cabo, sobre todo cuando las personas son duras con ellos.
Day 178 – Tough Job
This is what each of you keeps saying to your friends and other Israelites: “What is the LORD’S answer?” or “What has the LORD spoken?” But you must not mention “a message from the LORD” again, because each one’s word becomes their own message. So you distort the words of the living God, the LORD Almighty, our God.
(JEREMIAH 23:35–36)
The misbehaving Israelites hated the prophets God sent. They didn’t spare Jeremiah. They got so sick of hearing his prophecies that they started mocking him. The King James Version of the Scripture says Jeremiah used to say, “The burden of Jehovah …” then go on to preach to the people. So the people turned it around on him: “You old burden of Jehovah!” they called him. Then they would taunt him by sarcastically asking, “What’s God’s burden for us today?” What a tough crowd!
Jeremiah was cast out, shunned, and hated. Yet he was living for and serving God. How did Jeremiah keep going? God was more important than what anyone else could say or do to him. And God gave him strength to continue his tough job.
Pastors and church leaders have a tough job too. Not everyone likes what they have to say, and they work hard day and night. Even if you don’t agree with or like a certain pastors or ministers, they are serving and living for God. Listen. Consider their words. Thank them for their service. God will bless you for recognizing the challenging job they have to do.
Prayer
God, please bless the pastor and leaders at my church. They have a hard job and need your strength to do it well, especially when people are tough on them.
