DÍA 175 – Sé como Tito

Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la llegada de Tito; y no sólo con su llegada, sino también con el consuelo que él había recibido de parte de ustedes, pues nos habló del gran afecto que recibió por parte de ustedes, así como de su profunda tristeza y de su preocupación por mí, lo cual me hizo alegrarme aún más.

(2 CORINTIOS 7.6–7, RVC)

Si te gustan los paseos en avión, aquí tienes un récord que batir: el hombre que ha viajado más del mundo ha volado más de veinticuatro mil kilómetros. ¡Es como lanzar un cohete a la luna y vuelta treinta veces!

Los métodos de transporte del apóstol Pablo no incluían aviones, pero sin lugar a dudas recorrió el mapa antiguo mientras enseñaba sobre Jesús. ¿Puedes imaginar cuántos «puntos de recompensa vía camello» debió de acumular?

Ir a un lugar nuevo es apasionante. Sin embargo largas horas en el camino también pueden resultar aburridas, agotadoras y hasta solitarias. Y aunque Pablo tenía una fuerte relación con Dios, también necesitaba amigos como nos ocurre a nosotros. Esta es la razón por la que Pablo se sentía tan emocionado cuando su buen amigo Tito se unió a él y a Timoteo en Macedonia.

Dios sabe que necesitamos a personas que nos comprendan y que se diviertan con nosotros. En ocasiones, solo con ver el rostro feliz de un amigo es suficiente para convertir un mal día en uno bueno. El Señor nos consuela, pues, enviando amigos.

¿Conoces a un Pablo, alguien que pueda estar solo? Sé un Tito, ofrécele una sonrisa e invita a esa persona para pasar un rato entretenido. Tal vez seas el consuelo de Dios para alguien que lo necesita de veras.

Oración

Señor, mis amigos son importantes para mí. Desde luego me alegran cuando me siento desanimado. ¿Hay algún chico o chica a mi alrededor que necesite un amigo así hoy?



Day 175 – Be a Titus

But God, who comforts the downcast, comforted us by the coming of Titus, and not only by his coming but also by the comfort you had given him. He told us about your longing for me, your deep sorrow, your ardent concern for me, so that my joy was greater than ever.

(2 CORINTHIANS 7:6–7)

If you like airplane rides, here’s a record to beat: the world’s most-traveled man has flown over fifteen million miles. That’s like rocketing to the moon and back thirty one times!

The apostle Paul’s methods of transportation didn’t include airplanes, but he certainly covered the ancient map while teaching about Jesus. Can you imagine how many “frequent camel miles” he must have racked up?

Going someplace new is exciting. But long hours on the road can also be boring, tiring, and even lonely. And though Paul had a strong relationship with God, he still needed friends, just like we do. That’s why Paul was so thrilled when his good friend Titus joined him and Timothy in Macedonia.

God knows we need people who understand us and have fun with us. Sometimes, just seeing a friend’s happy face is enough to change a bad day into a good one. So the Lord comforts us by sending friends.

Do you know a Paul—someone who may be lonely? Be a Titus, offer a smile, and invite that person over for some fun. You just might be God’s comfort to someone who really needs it.

Prayer

Lord, my friends are important to me. They definitely cheer me up when I’m feeling down. Is there a guy or girl around me who needs a friend like that today?