Día 16 – 3ra Parte • Lo que más importa

Porque la ley se resume en este mandamiento: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
GÁLATAS 5:14 (NVI)

El amor durará por siempre. Otra razón por la que Dios nos manda a hacer del amor una prioridad es porque es eterno: «Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor».

El amor deja un legado. El impacto más perdurable que puedes dejar en la tierra es el trato que tuviste con las personas, no tu riqueza o tus logros. Como lo expresó la Madre Teresa: «Lo que importa no es tanto lo que uno hace, sino cuánto amor pone en hacerlo». El amor es el secreto de un legado duradero.

He tenido que acompañar a muchas personas en sus últimos momentos, cuando están al borde de la eternidad, y nunca las he escuchado decir: «¡Traigan mis diplomas! Me gustaría mirarlos una vez más. Muéstreme mis premios, mi medalla, el reloj de oro que me regalaron». Cuando nuestra vida sobre esta tierra llega a su fin, no nos rodeamos de objetos. Queremos estar rodeados de personas: de seres queridos y aquellos con quienes nos relacionamos.


Llegados los últimos momentos, todos nos damos cuenta de que la vida consiste de relaciones. La sabiduría se basa en aprender esta verdad lo antes posible. No esperes a estar en tu lecho de muerte para reconocer que esto era lo más importante.

El amor será la norma para evaluarnos. Aprender a amar debe ser el objetivo de la vida, ya que será la norma que Dios usará para evaluarnos en la eternidad. Una de las maneras que Dios utiliza para medir la madurez espiritual es la calidad de nuestras relaciones. En el cielo él no nos pedirá que le contemos sobre nuestra carrera profesional, nuestra cuenta bancaria y nuestros pasatiempos, sino que revisará cómo tratamos a otras personas, en especial a los necesitados. Jesús dijo que la manera de amarlo es amar a su familia y atender sus necesidades prácticas: «De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis».

Cuando nos transfieran a la eternidad, dejaremos todo detrás. Lo único que llevaremos encima será nuestro carácter. Por eso la Biblia dice: «En Cristo Jesús… lo que vale es la fe que actúa mediante el amor».

Con esto en mente, te sugiero que, cuando te despiertes todas las mañanas, te arrodilles junto a tu cama o te sientes en el borde de ella, y ores: «Dios, haga lo que haga hoy, quiero asegurarme de dedicar tiempo a amarte y amar a los demás: mi vida consiste en eso. No quiero desperdiciar este día». ¿Por qué habría Dios de darte otro día si no lo vas a aprovechar?


Reflexión:
Jesús dijo que la manera de amarlo es amar a su familia y atender sus necesidades prácticas


DAY 16/Third part • What Matters Most

The whole Law can be summed up in this one command: “Love others as you love yourself.” GALATIANS 5:14 (LB)

Love will last forever. Another reason God tells us to make love our top priority is that it is eternal: “These three things continue forever: faith, hope, and love. And the greatest of these is love.” 

Love leaves a legacy. How you treated other people, not your wealth or accomplishments, is the most enduring impact you can leave on earth. As Mother Teresa said, “It’s not what you do, but how much love you put into it that matters.” Love is the secret of a lasting heritage.

I have been at the bedside of many people in their final moments, when they stand on the edge of eternity, and I have never heard anyone say, “Bring me my diplomas! I want to look at them one more time. Show me my awards, my medals, that gold watch I was given.” When life on earth is ending, people don’t surround themselves with objects. What we want around us is people — people we love and have relationships with.

In our final moments we all realize that relationships are what life is all about. Wisdom is learning that truth sooner rather than later. Don’t wait until you’re on your deathbed to figure out that nothing matters more.

We will be evaluated on our love. The third reason to make learning to love the goal of your life is that it is what we will be evaluated on in eternity. One of the ways God measures spiritual maturity is by the quality of your relationships. In heaven God won’t say, “Tell me about your career, your bank account, and your hobbies.” Instead he will review how you treated other people, particularly those in need.  Jesus said the way to love him is to love his family and care for their practical needs: “Truly I tell you, just as you did it to one of the least of these who are members of my family, you did it to me.”

When you transfer into eternity, you will leave everything else behind. All you’re taking with you is your character. That’s why the Bible says, “The only thing that counts is faith expressing itself through love.”

Knowing this, I suggest that when you wake up every morning, you kneel by your bed, or sit on the edge of it, and pray this: “God, whether I get anything else done today, I want to make sure that I spend time loving you and loving other people — because that’s what life is all about. I don’t want to waste this day.” Why should God give you another day if you’re going to waste it?

Reflection:

Jesus said the way to love him is to love his family and care for their practical needs.