DÍA 155 • La fabulosa familia del Rey

Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1 PEDRO 2.9, LBLA)

Mejor que cualquier club. Mejor que ser popular. Más importante que cualquier equipo: ¡pertenecemos a la realeza! Cuando nos unimos a la familia de Dios nos convertimos en príncipes y princesas. Dios es nuestro Rey y somos sus hijos e hijas.

Sueña maravilloso, pero vivir según nuestra condición puede resultar difícil. No es como si pudieras aparecer en la escuela con una corona en la cabeza y un cetro en la mano. (Bueno, podrías, pero seguro que provocaría burlas). No vives en un castillo ni llegas a la iglesia en un carruaje. No obstante, alguien muy importante te llama para que entres a formar parte a su propia familia, y un día compartirá sus riquezas contigo.

¿Saber esto hace que te sientas más grande? ¿Es tu sonrisa más radiante? ¿Te sientes agradecido? Si un rey terrenal te adoptara, sin lugar a duda te sentirías así.

Dale las gracias a Dios por incluirte en su familia. Luego coméntale lo maravilloso que él es y díselo también a otros. Deja brillar tu condición real siguiendo las leyes divinas y preocupándote de sus súbditos.

Oración:

Señor, no conozco ninguna realeza, pero he leído suficientes historias como para saber que sería estupendo ser un príncipe o una princesa. Gracias por invitarme a entrar en tu familia real. Quiero servirte bien y mostrar tu Reino a otros.


Day 155 • The King’s Fabulous

Fam But you are a chosen people, a royal priesthood, a holy nation, God’s special possession, that you may declare the praises of him who called you out of darkness into his wonderful light.
(1 PETER 2:9)

Better than any club. More worthy than being popular. More important than any team—we are royalty! When we join God’s family, we become princes and princesses. God is our King, and we are his sons and daughters.

It sounds wonderful, but living it out can be hard. It’s not like you can show up to school wearing a crown and carrying a scepter. (Well, you could, but you might get made fun of!) You don’t live in a castle or get to ride in a chariot to church. But someone very important calls you into his own family, and one day he will share his riches with you.

Does knowing that make you stand taller? Smile bigger? Be thankful? If an earthly king adopted you, you sure would.

Thank God for including you in his family. Then tell him how wonderful he is, and tell others too. Let your royalty shine by following his laws and caring for his subjects.

Prayer:

God, I don’t know any royalty, but I’ve read enough stories to know it would be awesome to be a prince or princess. Thank you for inviting me to your royal family. I want to serve you well and show your Kingdom to others.