Día 15 • En su pensamiento

Antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones. 
(JEREMÍAS 1.5, NVI)

Mucho antes de que nacieras, Dios sabía que existirías. Decidió que formaras parte de la raza humana. Es cierto: tu llegada al planeta Tierra no fue una sorpresa para él.

¿Te has preguntado alguna vez qué vino a la mente de Dios cuando pensó en ti por primera vez? La imagen tuya que captaron sus ojos provocó, sin duda, una sonrisa en su rostro. Vio tus capacidades únicas y potenciales. Percibió tus oportunidades de contribuir en su mundo.

Como cualquier otro que haya vivido jamás, el profeta Jeremías luchó con su autoestima. Por esta razón, Dios habló con él y le aseguró que su vida no era un accidente. Dios tenía un plan para su vida antes de que naciera. Esto también es verdad en tu caso. No tienes que ser un profeta, ni un pastor, ni un misionero para que Dios sepa cómo te llamas. No solo conoce tu nombre, sino también tus fuerzas y tus debilidades. Discierne lo que te asusta. Y está al tanto de tu futuro. Es un porvenir que te permitirá usar tus capacidades y tu potencial haciendo grandes cosas para Dios.

Oración:

Señor, me asombra que me hayas conocido desde antes de que naciera. Quiero vivir como la persona que viste cuando pensaste en mí por primera vez.


Day 15 • On His Mind

Before I formed you in the womb I knew you, before you were born I set you apart; I appointed you as a prophet to the nations. 
(JEREMIAH 1:5)

Long before you were born, God knew you would exist. He decided that you would be a part of the human race. It’s true—your arrival on planet Earth was no surprise to him.

Have you ever wondered what came to God’s mind when he first thought of you? The picture of you that he saw probably brought a smile to his face. He saw your unique abilities and potential. He saw your opportunities to make a difference in his world.

Like everyone who has ever lived, the prophet Jeremiah struggled with self-worth. That’s why God spoke to Jeremiah and assured him that his life was not an accident. God had a plan for his life before he was born.

The same is true for you. You don’t have to be a prophet or a pastor or a missionary for God to know your name. He not only knows your name, but he also knows your strengths and weaknesses. He knows what makes you afraid. And he knows your future. It’s a future that will allow you to use your abilities and potential to do great things for God.

Prayer:

Lord, it’s amazing to me that you have known me since before I was born. I want to live as the person you saw when you first thought of me.