Día 13 – 4ta Parte • La adoración que agrada a Dios

Les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.

ROMANOS 12:1 (NVI)

Jesús tildó de «vanas repeticiones» a la adoración distraída. El mal uso puede convertir hasta a los términos bíblicos en frases gastadas cuando olvidamos su significado. Cuando adoramos, es mucho más fácil ofrecer oraciones rutinarias que esforzarnos por honrar a Dios con palabras y gestos llenos de frescura. Por eso los animo a leer las Escrituras usando distintas versiones y paráfrasis. Eso es útil para enriquecer nuestras expresiones de adoración.

Trata de alabar a Dios sin usar las palabras alabanza, aleluya, gracias, gloria a Dios o amén. En vez de decir: «Solo queremos alabarte», haz una lista de sinónimos y usa palabras más novedosas como admirar, respetar, valorar, reverenciar, honrar y apreciar.

Además, sé específico. Si alguien se te acerca y repite: «¡Te alabo!» diez veces, es probable que pienses: «¿Por qué?». Tú preferirías dos cumplidos específicos a veinte generalidades vagas. Dios también.

Otra idea es hacer una lista de los diferentes nombres que tiene Dios y concentrarse en ellos. Los nombres de Dios no son arbitrarios; expresan distintos aspectos de su carácter. En el Antiguo Testamento, Dios se le reveló gradualmente a Israel, introduciendo nuevos nombres para sí, y nos manda a alabar su nombre.

Dios quiere que nuestras reuniones de adoración en público también tengan sentido. Pablo dedica un capítulo entero a este asunto en 1 Corintios 14, y concluye: «Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden». Con respecto a este punto, Dios insiste en que nuestros cultos de adoración puedan ser entendidos por los no creyentes que estén presentes en nuestras reuniones de adoración. Pablo señaló que «si tú das gracias a Dios con tu espíritu, y te escucha algún extraño, no podrá unirse a tu oración porque no entenderá lo que dices. No podrá hacerlo, porque no habrá comprendido nada. Tu oración podrá ser muy buena, pero no estarás ayudando a nadie». La Biblia nos ordena ser sensibles con los no creyentes que están de visita en nuestras reuniones de adoración. Si hacemos caso omiso de este mandamiento, somos desobedientes y no tenemos amor. Si deseas una explicación más extensa acerca de este punto, consulta el capítulo «La adoración puede ser testimonio» en Una iglesia con propósito.


DAY 13/Fourth part • Worship that Pleases God

Offer your bodies as living sacrifices, holy and pleasing to God — this is your true and proper worship.

ROMANS 12:1 (NIV)

Jesus called thoughtless worship “vain repetitions.” 7 Even biblical terms can become tired clichés from overuse, and we stop thinking about the meaning. It is so much easier to offer clichés in worship instead of making the effort to honor God with fresh words and ways. This is why I encourage you to read Scripture in different translations and paraphrases. It will expand your expressions of worship.

Try praising God without using the words praise, hallelujah, thanks, or amen. Instead of saying, “We just want to praise you,” make a list of synonyms and use fresh words like admire, respect, value, revere, honor, and appreciate.

Also, be specific. If someone approached you and repeated, “I praise you!” ten times, you would probably think, For what? You would rather receive two specific compliments than twenty vague generalities. So would God.

Another idea is to make a list of the different names of God and focus on them. God’s names are not arbitrary; they tell us about different aspects of his character. In the Old Testament, God gradually revealed himself to Israel by introducing new names for himself, and he commands us to praise his name.

God wants our corporate worship gatherings to be thoughtful, too. Paul devotes an entire chapter to this in 1 Corinthians 14 and concludes, “Everything should be done in a fitting and orderly way.”

Related to this, God insists that our worship services be understandable to unbelievers when they are present in our worship gatherings. Paul observed, “Suppose some strangers are in your worship service, when you are praising God with your spirit. If they don’t understand you, how will they know to say, ‘Amen’? You may be worshiping God in a wonderful way, but no one else will be helped.”  Being sensitive to unbelievers who visit your worship gatherings is a biblical command. To ignore this command is to be both disobedient and unloving. For a full explanation of this, see the chapter on “Worship Can Be a Witness” in The Purpose Driven Church.