Día 122 • Contento como unas pascuas

El obedecer es mejor que un sacrificio.
(1 SAMUEL 15.22B, LBLA)

Jesús fue un desconocido durante la mayor parte de su vida. No salió a enseñar la verdad y a salvar el mundo hasta la edad de treinta años. A pesar de todo, cuando Juan bautizó a Jesús, Dios habló desde el cielo: «Éste es mi Hijo. Yo lo amo mucho y estoy muy contento con él» (Mateo 3.17b, TLA). ¿Qué había estado haciendo Jesús durante treinta años que hizo que Dios estuviera tan contento? La Biblia solo pronuncia una frase en Lucas 2.51: «Entonces Jesús volvió con sus padres a Nazaret, y los obedecía en todo» (TLA). ¡En estas tres palabras se resume treinta años de complacer a Dios: «obedecía en todo»!

Antes de que Jesús fuera famoso, obedeció a Dios de muchas formas, en las pequeñas cosas, cuando nadie excepto su familia podían verlo. Las grandes oportunidades pueden llegar una sola vez en la vida, pero las pequeñas nos rodean cada día. Incluso en actos sencillos como decir la verdad, ser amable y obedecer a nuestros padres, provocamos una sonrisa en el rostro de Dios. Dios atesora los actos simples de obediencia. Es posible que nadie los note, pero a él no se le escapan. Él considera estos actos de adoración y estos te acercan más a su corazón.

Oración:

Quiero seguir el ejemplo que Jesús dejó siendo obediente. Señor, ayúdame en los momentos cotidianos, como cuando me resulta difícil obedecer o ser amable con otras personas.


Day 122 • Pleased As Punch

It is better to obey than to sacrifice.
(1 SAMUEL 15:22B, NCV)

Jesus was unknown for most of his life. He wasn’t out teaching truth and saving the world until he was thirty years old! Yet when John baptized Jesus, God spoke from Heaven: “This is my Son, whom I love, and I am very pleased with him” (Matthew 3:17b, NCV).

What had Jesus been doing for thirty years that made God so happy? The Bible says only one phrase in Luke 2:51: “He went back to Nazareth with [his parents], and lived obediently with them” (MSG). Thirty years of pleasing God were summed up in two words: “lived obediently”!

Before Jesus was ever famous, he obeyed God in many small ways when no one but his family could see him. Big opportunities may come once in a lifetime, but small opportunities surround us every day. Even in simple acts like telling the truth, being kind, and obeying our parents, we bring a smile to God’s face. God treasures simple acts of obedience. No one else may notice, but God does. He considers these acts of worship, and they bring you close to his heart.

Prayer:

I want to follow Jesus’ example of being obedient. God, help me in everyday moments, like when it is hard to obey or be nice to other people.