Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.
(SALMOS 119.105)
En una fiesta de pijamas, jugar al escondite en la oscuridad o con linternas puede resultar divertido. Se cubren de almohadas. Se ríen y chocan unos contra otros. Sin embargo, por la mañana alguien sugiere preparar el desayuno a oscuras. ¿Eh? Sin luz podríamos cocinar el yogur accidentalmente y echar los huevos con la fruta, por no mencionar el riesgo de incendiar la casa.
A pesar de ello, tropezar en la oscuridad es exactamente lo que muchas personas hacen; no en la cocina, pero sí en la vida. Pueden haber oído hablar de Dios y de la Biblia, pero creen poder ocuparse ellos mismos de sus problemas. No quieren la luz de la verdad.
David sabía que esta idea tenía tanto sentido como cocinar en la oscuridad. La Palabra de Dios toma una situación turbia y la hace clara. La Biblia nos dirige entre obstáculos, nos protégé de las fuerzas enemigas y nos muestra nuestro siguiente movimiento.
¿Estudiarás los versículos de la Biblia como si tu vida dependiera de ello? ¿O tal vez dejarás las luces apagadas e intentarás hacer las cosas tú solo?
Oración:
Dios, quiero que tus palabras, no las de mis amigos ni las del mundo, sean mi luz. Gracias por darme la Biblia para ayudarme. Cuando me encuentre en la oscuridad, haz que mi primer pensamiento sea leer tu Palabra.
Day 108 • Turn on the Light
Your word is a lamp for my feet, a light on my path. (PSALM 119:105)
At a sleepover, playing hide and seek in the dark or with flashlights can be fun. You pad yourself with pillows. You laugh and bump into each other. In the morning, though, someone suggests cooking breakfast in the dark. Huh? Without light, you could accidentally cook the yogurt and stir the eggs in with the fruit, not to mention the risk of burning down the house.
Yet stumbling through the dark is exactly what many people do—not in the kitchen, but in life. They may have heard about God and the Bible, but think they can manage their problems by themselves. They don’t want the light of truth.
David knew that idea made as much sense as cooking in the dark. God’s Word takes a murky situation and makes it clear. The Bible steers us around obstacles, protects us from enemy forces, and shows us our next move.
Will you study Bible verses like your life depends on it? Or will you leave the lights off and try to do it on your own?
Prayer
God, I want your words—not my friends’ or the world’s—to be my light. Thank you for providing the Bible to help me. When I’m in the dark, may my first thought be to reach for your Word.