Confía en su amor

Hijo mío, no rechaces la disciplina del SEÑOR [. . .] Porque el SEÑOR ama a quien reprende. PROVERBIOS 3:11-12

Dios es perfecto en su amor, por lo que siempre hace lo que es mejor para nosotros. El enemigo, que trabaja para socavar nuestra confianza en el Padre, a menudo se aprovecha de la adversidad poniendo en duda las intenciones de Dios. Nos susurra: «Si el Señor te amara de verdad, no habría permitido que ocurriera esto». Él quiere que asociemos el aguijón de la disciplina espiritual con una falta de cuidado divino.

Sin embargo, es exactamente lo contrario, como explica el versículo de hoy. Aunque el pensamiento natural dice que la paz y la felicidad son muestras del amor de Dios, la Biblia afirma que la dificultad y la disciplina son también pruebas de nuestra pertenencia a su familia. La razón es clara: Dios se preocupa tanto por nosotros que no permitirá que nos quedemos como estamos. Al contrario, quiere transformarnos a semejanza de su Hijo.

Dios nos ama de manera incondicional y justa. Cada acción que realiza o permite en nuestras vidas es una expresión de su amor. Aunque no entendamos la razón por la que permite ciertos sufrimientos, nuestras dificultades no indican de ninguna manera que no sea un Dios bueno y digno de nuestra confianza.

Jesús, en plena confianza, me rindo a ti. Enséñame a caminar en obediencia. Amén.


Trust His Love

Do not reject the discipline of the LORD . . . for whom the LORD loves He reproves.
PROVERBS 3:11–12


God is perfect in His love and always does what is best for us. The Enemy, who works to undermine our trust in the Father, often takes advantage of adversity by calling God’s motives into question. He whispers, “If the Lord really loved you, He would not have allowed this to happen.” He wants us to associate the sting of spiritual discipline with a lack of divine caring.


However, the exact opposite is true, as today’s verse explains. While natural thinking says peace and happiness are tokens of God’s love, the Bible says difficulty and discipline are also evidence of our membership in His family. The reason is clear: God cares for us so much that He will not allow us to stay as we are. Instead, He wants to transform us into the likeness of His Son.


God loves us unconditionally and righteously. Every action He performs or permits in our lives is an expression of His love. Although we may not understand His reason for allowing certain hardships, our difficulties in no way indicate He is anything but a good God and worthy of our trust.


Jesus, in full trust, I yield to You. Teach me to walk in obedience. Amen.