“Escucharé lo que hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura”.Salmos 85:8
La paz es la destrucción total del caos, la confusión, la ansiedad, el miedo y el desorden. Cuando la paz de Dios es declarada y recibida, toda lucha y hostilidad termina.
Dos tipos de paz:
La paz humana– Este tipo de paz es subjetiva y condicional. Depende de la situación y es temporal, no hay un descanso total.
La paz de Dios– La paz de Dios es eterna, no cambia, no depende de las situaciones, y va más allá de la comprensión humana.“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Juan 14:27
La paz de Dios es Su manera de resolver los problemas humanos. La paz resuelve los problemas y el desorden. Elimina cualquier hostilidad o conflicto entre Dios y el hombre.Hasta que una persona no conozca a Jesús, nunca podrá tener una paz completa. La paz es la primera cosa que Dios le da a una persona cuando entra en contacto con Él. La paz te llevará a conocerlo.
Puedes tener todo el dinero y la fama, pero si no tienes paz serás miserable.
Para estar en paz con Dios, tienes que estar bien con Dios.
“Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”. Colosenses 3:15
Cuando algo es la voluntad de Dios, sentirás paz.
Cuando alguien tiene la paz de Dios se deleita en la verdad y la Palabra de Dios.
La paz nos conduce a la alegría.
*¿Cómo recibir paz? *
Debes estar bien con Dios. Restaura tu relación con Él.
Pon tu mente en Dios, lee la palabra, piensa en las cosas buenas que Dios ha hecho en tu vida. Confía en Su fidelidad.
¡Declara la paz y recíbela en tu vida!
Es en la calma cuando Dios habla.
Todo empieza arreglando tu relación con Él.
Si quieres recibir la paz de Dios hoy, repite la siguiente oración:
“Querido Señor, me arrepiento de cada parte de mi vida que no está bien contigo. Límpiame con Tu sangre, quita de mí la falta de pasión por Ti. Padre, perdóname. Voy a volver a esa relación. Recibo ahora Tu paz en mi mente, alma y espíritu. Gracias Señor, porque Tu paz resuelve cualquier problema. Tu paz destruye cualquier caos, confusión, desorden, y ansiedad. Ven a mi corazón, en el nombre de Jesús, amén.”