Tú, oh SEÑOR, eres escudo a mi alrededor, mi gloria, y el que levanta mi cabeza. SALMO 3:3
Cuando se asoman las tormentas de la vida, ¿Dónde podemos encontrar refugio?
La Palabra de Dios dice que él es nuestra ayuda en tiempos de angustia. Podemos confiar en él para protegernos y mantenernos seguros. Él nos protege de los dardos de fuego del enemigo, de las mentiras que distorsionan nuestra verdadera identidad como hijos e hijas del Altísimo.
Cuando el caos de la vida hace que sea difícil ver hacia arriba desde abajo, Dios es una roca firme sobre la cual pararse. Su Palabra es infalible, y todas sus promesas se cumplen. ¿Has estado manteniendo la cabeza gacha solo tratando de sobrevivir? Dios, el que levanta tu cabeza, es tu fuerte auxilio. Él se aferra a ti cuando no tienes la fuerza para acercarte a él. Levanta hoy tus ojos a su mirada, y verás a un Padre amoroso que nunca te dejará ir.
Oración:
Dios, mi fuerza, cuando estoy desgastado por los golpes que da la vida, necesito que me sostengas. Sé mi defensor; No puedo pelear estas batallas por mi cuenta. Ni siquiera quiero. Tú, Señor, eres fiel y en ti confío. Cúbreme con tu amor mientras me apoyo en tus brazos hoy, en el nombre de Jesús ¡Amén!
Shielded
You, O LORD, are a shield about me, my glory, and the lifter of my head. PSALM 3:3
When storms of life rage, where can we find shelter?
God’s Word says that he is our help in times of trouble. We can rely on him to guard us and keep us secure. He shields us from the fiery darts of the enemy—the lies that distort our true identity as sons and daughters of the Most High.
When the chaos of life makes it hard to see up from down, God is a steady rock to stand on. His Word is unfailing, and all his promises come to pass. Have you been keeping your head down just trying to survive? God, the lifter of your head, is your strong help. He holds onto you when you don’t have the strength to reach out to him. Lift your eyes to his gaze today, and you will see a loving Father who will never let you go.
Prayer:
God my strength, when I am worn down from the hits that life gives, I need you to hold me up. Be my defender; I can’t fight these battles on my own. I don’t even want to. You, Lord, are faithful and I trust you. Cover me with your love as I lean into your arms today.