Arrepentimiento y el perdón.

»Yo, sí, yo solo, borraré tus pecados por amor a mí mismo y nunca volveré a pensar en ellos.
Isaías 43:25


El arrepentimiento no solo ocurre el día que nos convertimos. Arrepentimiento es una experiencia de por vida para el cristiano. Para el creyente, arrepentirse significa hacer uso de las palabras de Dios. Vivimos vidas que reverencian, honran y lo respetan. Amamos, escuchamos y nos sometemos a él. Cambiamos nuestra manera de hacer las cosas, no solo nuestras palabras. Donde quiera que hayamos estado pecando, lo sacamos a la luz ante el Señor. No lo ocultamos, defendemos, justificamos o cubrimos, en su lugar confesamos nuestros pecados. Reconocemos que pecar no va a satisfacer nuestros corazones. El Señor Jesús satisface nuestros corazones.

¿Cómo trato con una conciencia culpable? Confieso mis pecados; me arrepiento de ellos. Lo hago cuando sé lo que Dios ha hecho por mí en su Hijo.

La santificación es aprender lo que es agradable al Señor. Implica la confesión del pecado. 1 Juan 1:9 enseña que, si no confieso mis pecados, no soy perdonado, por lo tanto, no soy creyente. Muéstrame a alguien que no confiesa sus pecados y yo te mostraré a alguien que no ha sido salvo.

Tengo la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios para recordarme que confiese mi pecado diariamente.

La madurez cristiana nos lleva a cambiar y arrepentirnos de nuestros pecados, perseguir una buena conciencia a los ojos de Dios, y al mismo tiempo, sabiendo que somos completamente perdonados y que estamos ante Dios, completamente aceptados en su Hijo. 

Yo no estoy abrumado por la culpa, porque yo estoy justificado, pero no tomo el pecado a la ligera porque estoy aprendiendo lo que es agradable a Dios y yo confieso mis pecados a medida que ocurren. Dios, que es mi Padre, me disciplina amorosamente por mis pecados y pone mis pies en un camino seguro, sólido y firme.

Hemos sido perdonados a causa de que nuestro Señor Jesús pagó un precio alto por nuestros pecados, hemos recibido la manifestación más grande del amor de Dios; por el pacto de su gracia; pero este acto de amor de Dios, no es licencia para vivir en el pecado, es licencia para entrar siempre, en cualquier momento a la presencia del Señor con un corazón arrepentido y humillado.

Oración:
Bendito Rey, que a través de tu gracia podamos entrar en ese orden divino de tener un corazón arrepentido y humillado,  reconocer nuestros errores; por que has hablado a nuestra conciencia y tener así un corazón sensible a tu voz, con un genuino arrepentimiento, porque tu perdón ya se nos fue dado con tu sacrificio en la cruz, en el nombre de Jesús ¡Amén!


Repentance and forgiveness.

“I, yes, I alone, will erase your sins for the sake of myself and never think about them again.

Isaiah 43:25

Repentance doesn’t just happen the day we become. Repentance is a lifelong experience for the Christian. For the believer, repentance means making use of God’s words. We live lives that reverence, honor, and respect Him. We love, listen and submit to Him. We change the way we do things, not just our words. Wherever we have been sinning, we bring it to light before the Lord. We do not hide it, defend it, justify it or cover it, instead we confess our sins. We recognize that sinning is not going to satisfy our hearts. The Lord Jesus satisfies our hearts.

How do I deal with a guilty conscience? I confess my sins; I repent of them. I do it when I know what God has done for me through His Son.

Sanctification is learning what is pleasing to the Lord. It involves the confession of sin. 1 John 1:9 teaches that, if I do not confess my sins, I am not forgiven, therefore, I am not a believer. Show me someone who does not confess your sins and I will show you someone who has not been saved.

I have the Word of God and the Spirit of God to remind me to confess my sin daily.

Christian maturity leads us to change and repent of our sins, to pursue a good conscience in the eyes of God, and at the same time, knowing that we are completely forgiven and that we are before God, fully accepted into His Son.

I am not overwhelmed by guilt, because I am justified, but I do not take sin lightly because I am learning what is pleasing to God and I confess my sins as they occur. God, who is my Father, lovingly discipline me for my sins and sets my feet on a safe, solid and firm path.

We have been forgiven because our Lord Jesus paid a high price for our sins, we have received the greatest manifestation of God’s love; by the covenant of His grace; But this act of God’s love is not a license to live in sin, it is a license to enter always, at any time, into the presence of the Lord with a repentant and humiliated heart.

Prayer:
Blessed King, through Thy grace may we enter into that divine order of having a repentant and humiliated heart, acknowledge our mistakes; Because You have spoken to our conscience and thus have a heart sensitive to Your voice, with genuine repentance, because Your forgiveness has already been given to us with Your sacrifice on the cross, in the name of Jesus Amen!