… el Señor le restauró su bienestar. Es más, ¡el Señor le dio el doble de lo que antes tenía! Job 42:10b (NTV)
En un corto período de tiempo, y debido a circunstancias fuera de mi control, mi vida cambió dramáticamente.
Como resultado, mi situación económica y la de mis tres hijos, pasó de ser segura y vital a insegura, impredecible e insuficiente para suplir incluso nuestras necesidades básicas. El miedo y el temor sobre cómo mantener a mi familia me llevaron a un hoyo de angustia y desesperación.
Pero una noche tuve un sueño, y todo eso cambió.
En ese sueño, me veía desplomada. Las lágrimas cubrían mi rostro. Sollozaba en voz alta. Frotaba mis ojos. Estaba completamente destruida y desgastada. Mis emociones reales aparecían en mi subconsciente dormido. Entonces noté una figura que lentamente entraba en la habitación. Sin embargo, no me alarmé; de hecho, me sentí totalmente en paz.
En lugar de miedo, una extraña sensación de calma y seguridad me invadió. Inmediatamente supe en mi espíritu que era Jesús. Habló suave y gentilmente con una voz profunda, pero tierna y amorosa: «¿Por qué no viniste a Mí antes? Restauraré todo lo perdido y destrozado».
El escuchar Su voz sacudió mi conciencia, y desperté abruptamente, muy convencida de haber tenido un encuentro divino con mi Padre Celestial. Sus palabras seguían resonando una y otra vez en mi mente: «Restauraré todo lo perdido y destrozado». Palabras que había deseado escuchar. Palabras que reafirmaron que Él me había visto y me estaba cuidando. Palabras que me dieron una gran esperanza y me afirmaron que Él no solo tenía el poder para restaurar todo lo que me había sido quitado, pero, además, tenía planes para ello.
Pero, ¿y qué pensar acerca de lo que Jesús me susurró: «¿por qué no viniste a Mí antes?»?
Eso fue desconcertante, porque sinceramente creí que sí había acudido a Él, de hecho, un millón, miles de millones de veces. Sin embargo, lo que no Le había dado era mi entrega total y mi confianza. En lugar de traer mis problemas a Él, simplemente se los contaba constantemente y luego continuaba tratando de resolverlos por mi cuenta.
En vez de confiar en una provisión milagrosa, me preocupaba si realmente Él me ayudaría o no. Continuamente me sentía destruida y sin esperanza ante las innumerables adversidades, muy parecido a Job en la Biblia cuando se enfrentó a gran pérdida y calamidad.
En un día, Job perdió a sus 10 hijos junto con todas sus posesiones y riquezas. Poco después, sufrió una horrible enfermedad de la piel. (Lee los capítulos 1-2 en el libro de Job para obtener la historia completa).
Job no entendía por qué tenía que sufrir tanto. Así que, a lo largo del libro de Job, lo vemos expresando angustia y enojo por el dolor y el sufrimiento que Dios estaba permitiendo. También vemos evidencia de su impaciencia con respecto a la tardanza de Dios en traerle restauración.
Pero a pesar de todo, incluso a pesar de sus emociones humanas, Job nunca dudó de que era necesario rendirse completamente y confiar. Incluso en Job 1:21b dice: El Señor me dio lo que tenía, y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!. A pesar de su sufrimiento, confió en la voluntad de Dios para su vida y siguió alabándole. Como resultado, no solo se engrandeció la fe de Job, sino su vida también.
Finalmente, en Job 42, leemos cómo Dios bendijo a Job y su fidelidad en todo sentido. El versículo clave para hoy, Job 42:10b, dice: …el Señor le restauró su bienestar. Es más, ¡el Señor le dio el doble de lo que antes tenía. Dios le dio a Job una doble porción de todo lo que había perdido, restauró su matrimonio y muchas de sus relaciones, le dio una nueva familia e hijos y le permitió vivir felizmente hasta la tercera edad.
Ya sea que la reparación que necesitamos se encuentre en nuestros corazones, finanzas o relaciones, Dios siempre tiene un plan para sanar y restaurar. Aunque no conozco los planes exactos de Dios para mi futuro, sí sé que Él es bueno, y creo totalmente que restaurar mi corazón y mi vida están en Su lista santa de cosas pendientes.
Nuestra entrega total y fidelidad siempre abrirán la puerta para que Dios inicie Su proceso restauración.
Querido Jesús, conoces mis dolores y preocupaciones más profundos y las áreas en las que ansío desesperadamente la sanidad y la restauración. Hoy las entrego completamente a Ti y te pido que me ayudes a tener una fe alegre y expectante mientras espero que Te muevas en mí. Me comprometo a confiar en Ti, en Tus caminos, en Tus planes y en Tus tiempos a partir de hoy. En el Nombre de Jesús, Amén.
VERDAD PARA HOY
Jeremías 29:11, Pues Yo sé los planes que tengo para ustedes –dice el Señor–. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza. (NTV)
REFLEXIONA Y RESPONDE
¿Cómo podría cambiar mi actitud si comenzara a confiar en que Dios ya tiene planes para proveer y restaurar lo que está destrozado en mi vida?
Haz una lista de las cosas más importantes que necesitan restauración en tu vida hoy. Expresa tu confianza en Dios cada día mientras esperas con expectativa que Él satisfaga estas necesidades.
Year of Restitution • It is necessary to surrender and trust completely
… The Lord restored your well-being. Moreover, the Lord gave him twice as much as he had before! Job 42:10b (NLT)
In a short period of time, and due to circumstances beyond my control, my life changed dramatically.
As a result, my financial situation, and that of my three children, went from being safe and vital to insecure, unpredictable and insufficient to meet even our basic needs. The fear and fear of how to support my family led me into a hole of anguish and despair.
But one night I had a dream, and that all changed.
In that dream, I looked like I had collapsed. Tears covered my face. I sobbed loudly. I rubbed my eyes. It was completely destroyed and worn out. My real emotions appeared in my sleeping subconscious. Then I noticed a figure slowly entering the room. However, I was not alarmed; in fact, I felt totally at peace.
Instead of fear, a strange sense of calm and security invaded me. I immediately knew in my spirit that it was Jesus. He spoke softly and gently in a deep, yet tender and loving voice: “Why didn’t you come to Me before? I will restore everything lost and destroyed.”
Hearing His voice shook my conscience, and I awoke abruptly, very convinced that I had a divine encounter with my Heavenly Father. His words continued to resonate again and again in my mind: “I will restore all that was lost and destroyed.” Words I had wished to hear. Words that reaffirmed that he had seen me and was taking care of me. Words that gave me great hope and affirmed that he not only had the power to restore everything that had been taken from me, but also had plans for it.
But what to think about what Jesus whispered to me, “Why didn’t you come to Me before?”
That was disconcerting, because I sincerely believed that I had come to him, in fact, a million, billions of times. However, what I had not given him was my total commitment and my confidence. Instead of bringing my problems to him, I simply told them constantly and then I kept trying to solve them on my own.
Instead of relying on a miraculous provision, I was worried whether He would really help me or not. I continually felt destroyed and hopeless in the face of countless adversities, much like Job in the Bible when he faced great loss and calamity.
In one day, Job lost his 10 children along with all his possessions and wealth. Soon after, he suffered a horrible skin disease. (Read chapters 1-2 in the book of Job for the full story.)
Job did not understand why he had to suffer so much. So, throughout the book of Job, we see him expressing anguish and anger at the pain and suffering that God was allowing. We also see evidence of his impatience with God’s delay in bringing him restoration.
But despite everything, even in spite of his human emotions, Job never doubted that it was necessary to give up completely and continue to trust in God. Even in Job 1:21B it says, The Lord gave me what I had, and the Lord has taken it from me. Praise the name of the Lord! In spite of his suffering, he trusted in the will of God for his life and continued to praise him. As a result, not only Job’s faith was magnified, but his life as well.
Finally, in Job 42, we read how God blessed Job and his faithfulness in every way. The key verse for today, Job 42:10b, says, …the Lord restored his well-being to him. Moreover, the Lord gave him twice as much as he had before: God gave Job a double portion of everything he had lost, restored his marriage and many of his relationships, gave him a new family and children, and allowed him to live happily into the elderly.
Whether the reparation we need is in our hearts, finances or relationships, God always has a plan to heal and restore. Although I don’t know God’s exact plans for my future, I do know He is good, and I totally believe that restoring my heart and my life are on His holy list of things to do.
Our total dedication and fidelity will always open the door for God to begin his restoration process.
Dear Jesus, you know my deepest pains and concerns and the areas where I desperately crave healing and restoration. Today I give them completely to You and I ask You to help me have a joyful and expectant faith as I wait for You to move in me. I pledge to trust You, Your ways, Your plans and Your times from today onwards. In the Name of Jesus, Amen.
TRUTH FOR TODAY
Jeremiah 29:11, for I know the plans I have for you, says the Lord. They are plans for the good and not for the bad, to give them a future and hope. (NTV)
REFLECTS AND RESPOND
How could I change my attitude if I began to trust that God already has plans to provide and restore what is shattered in my life?
Make a list of the most important things that need restoration in your life today. Express your trust in God each day as you wait with expectation that He will meet these needs.