Fuera de ti, desde tiempos antiguos nadie ha escuchado ni percibido, ni ojo alguno ha visto, a un Dios que, como tú, actúe en favor de quienes en él confían. ISAÍAS 64:4 (NVI)
Autenticidad. Es importante, ¿no? Siempre nos preguntamos si el diamante, el bolso o la promesa son auténticos. Todos hemos oído la expresión de que, si algo es demasiado bueno para ser cierto, seguramente no lo será, así que examinamos a las personas y posesiones que hay en nuestras vidas en busca de autenticidad.
Qué gran consuelo nos da nuestro Dios: el único, el verdadero Dios. Todas sus promesas son verdad y todos sus regalos son buenos. Su amor es auténtico y es nuestro si se lo pedimos.
Oración:
Señor, tú eres Dios. El único, el todopoderoso Dios. ¿Quién soy yo para que tú hagas algo por mí, para que le hables a mi vida? Y, aun así, lo haces. Haz que mi amor por ti sea auténtico y que mis palabras de alabanza sean verdaderas.
Real Love
Since ancient times no one has heard, no ear has perceived, no eye has seen any God besides you, who acts on behalf of those who wait for him. ISAIAH 64:4 NIV
Authenticity. It matters, doesn’t it? We wonder if the gem, the handbag, the promise, is real. We’ve all heard the expression, “If it’s too good to be true, it’s probably not,” so we scrutinize the people and possessions in our lives, looking for authenticity.
What great comfort we can take in our God: the one, true God! All his promises are true; all his gifts are good. His love is authentic, and it is ours to claim.
Prayer:
Lord, you are God. The one, the only, the Almighty God. Who am I that you should act on my behalf, that you should speak into my life? And yet you do. May my love for you be authentic, may my words of praise be true.