Recompensado públicamente

SEA QUE SE realice colectivamente o individualmente, el ayuno es una disciplina personal y privada. Es un sacrificio que nace de la expectativa. Job atravesó una prueba devastadora y lo perdió todo, sin embargo, siguió orando y ayunando, diciendo: “Guardé las palabras de su boca más que mi comida” (Job 23:12). Y Dios “bendijo . . . el postrer estado de Job más que el primero”, y hasta le dio más hijos e hijas. Las recompensas públicas de Dios inundaron la vida de Job.

Quiero compartir con usted algunas de las recompensas públicas que Dios me dijo que derramaría sobre nosotros como iglesia cuando lo buscáramos con diligencia en dar, orar y ayunar. ¡Esas mismas recompensas están abiertas a todo creyente!

En primer lugar, Él me dijo que el ayuno romperá la pobreza de su vida. Cuando yo planto una semilla cada vez que ayuno, grandes bendiciones llegan a mi vida. Veamos una vez más Joel 2:15-16: el pueblo era muy pobre y tenía tal hambruna que no podía ni siquiera hacer ofrenda. Pero Dios dijo: “Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea”. Después de aquel ayuno, la era estaba llena de trigo, los cántaros de aceite rebosaban, y ellos comieron en abundancia y fueron satisfechos. El Señor trajo una gran bendición económica a personas que ayunaron y oraron. Cuando el ayuno es un estilo de vida, la pobreza no lo será.

Dios también dijo que la salud y la sanidad seguirían al ayuno. De su ayuno escogido, Dios dijo: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto” (Isaías 58:8). El ayuno le humilla y trae claridad, y permite que usted saque de su corazón la falta de perdón y la amargura. Algunas personas han tratado una y otra vez de perdonar verdaderamente a alguien, pero nunca han sido capaces de soltar el problema. Comience un ayuno, y confíe en que Dios obrará eso en su corazón. Anteriormente, en el libro, le hablé de cómo el ayuno le ayuda físicamente, porque limpia su cuerpo y le da a sus órganos tiempo para descansar. También le ayuda a hacer “limpieza general” en el sentido espiritual, porque le hace sensible a los deseos del Señor. La falta de perdón, la amargura y otras cosas similares pueden vincularse a enfermedades y fatiga y estrés, entre otras.

El ayuno también vencerá adicciones sexuales y potestades demoniacas. Quitará de las personas grandes pecados. En Mateo 17:21, Jesús dijo de aquel demonio testarudo que “este género no sale sino con oración y ayuno”, ¿lo recuerda? Ahora bien, nosotros no tenemos lucha contra carne y sangre; pero hay un espíritu detrás de la homosexualidad. Hay un espíritu detrás de la pornografía. Hay un espíritu detrás del adulterio. Hay un espíritu detrás de la fornicación. Esos espíritus demoníacos de perversión manipulan y utilizan a las personas como marionetas con cuerdas. Pero el ayuno romperá la fortaleza demoníaca de las adicciones sexuales, como la pornografía, la homosexualidad, el adulterio, la fornicación y la lujuria.

Dios también se dirigirá a los hijos de usted, que son desviados y destruidos por las artimañas del enemigo. En el libro de Joel, Dios llamó a un ayuno santo; y Él dijo: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas” (Joel 2:28). Muchas veces, las recompensas del ayuno vienen después del ayuno, aunque, de vez en cuando, las respuestas pueden llegar durante el ayuno. Lea la historia del hijo de Ezequías, Manasés, que llegó a ser rey de Judá (2 Crónicas 33:1-13). Manasés fue un rey malvado a quien Dios había advertido muchas veces, pero sin éxito alguno. Entonces, el ejército de Asiria capturó al hijo de Ezequías, puso una argolla en su nariz, lo ató con cadenas y lo llevó a Babilonia. En su desesperación, Manasés clamó a Dios y se humilló a sí mismo con ayuno. La Biblia dice que Dios oyó su ruego y “lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios” (v. 13).

Los escándalos y la corrupción que aparecen en los titulares de los periódicos y la gran perversión que está generalizada en todos los niveles de la sociedad nos dicen lo mucho que necesitamos avivamiento en este país. ¿Cuánto más deberíamos nosotros, como cristianos, dedicarnos al ayuno y la oración?

En su decimonoveno día de ayuno, recuerde:

◇Continúe bebiendo agua.
◇Ore por dirección y fortaleza.

◇ Documente sus pensamientos en un diario.

Pensamientos para su diario:

◇Piense en lo que estaría dispuesto a compartir con otros hoy. ¿Cómo expresará su experiencia, y qué ha significado para usted en términos de su relación con Dios? Enfoque de oración del día 19: Avivamiento

AVIVAMIENTO ES CUANDO la tierra es atacada por el cielo. Avivamiento es un mover sorprendente de Dios que le afecta a usted de maneras poderosas. Avivamiento es cuando se acerca usted más al cielo que a ninguna otra cosa en la tierra. Necesitamos avivamiento en este país. Necesitamos que el cielo ataque la tierra con poder. Por tanto, a medida que se acerca al final de su ayuno, ore por avivamiento. Pida a Dios que envíe la lluvia de su Espíritu sobre la tierra para romper los corazones endurecidos y producir una cosecha de almas. Clame por ello como un hombre desesperado clama por agua en el desierto. Nuestros jóvenes necesitan avivamiento. Nosotros necesitamos avivamiento. La Iglesia necesita avivamiento. En el pasado, los grandes avivamientos siempre estuvieron precedidos por periodos de ayuno y oración. No se canse, ¡sino permanezca fuerte en el poder de la fuerza de Él!

Señor, he sabido de tu fama; tus obras, Señor, me dejan pasmado. Realízalas de nuevo en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo; en tu ira, ten presente tu misericordia. —Habacuc 3:2, NVI

Publicly rewarded

WHETHER IT IS done collectively or individually, fasting is a personal and private discipline. It is a sacrifice that is born of expectation. Job went through a devastating trial and lost everything, yet he continued to pray and fast, saying, “I have kept the words of his mouth more than my food” (Job 23:12). And God “blessed him. . . the last state of Job more than the first”, and even gave him more sons and daughters. God’s public rewards flooded Job’s life.

I want to share with you some of the public rewards that God told me he would bestow upon us as a church when we diligently seek Him in giving, praying, and fasting. Those same rewards are open to every believer!

First of all, He told me that fasting will break the poverty of our lives. When I plant a seed each time I fast, great blessings come into my life. Let’s look at Joel 2:15-16 one more time: the people were very poor and had such a famine that they couldn’t even make an offering. But God said, “Blow the trumpet in Zion, proclaim a fast, call an assembly.” After that fast, the threshing floor was full of wheat, the jugs of oil overflowed, and they ate abundantly and were satisfied. The Lord brought a great financial blessing to people who fasted and prayed. When fasting is a lifestyle, poverty will not be.

God also said that health and healing would follow the fast. Of the chosen fasting, God said: “Then your light will rise like the morning, and your salvation will soon be seen” (Isaiah 58: 8). Fasting humbles you and brings clarity, and allows you to get unforgiveness and bitterness out of your heart. Some people have tried over and over again to truly forgive someone, but have never been able to let go of the problem. Begin a fast, and trust that God will work that in your heart. Earlier in the book, I told you about how fasting helps you physically, because it cleanses your body and gives your organs time to rest. It also helps you do “general cleaning” in the spiritual sense, because it makes you sensitive to the desires of the Lord. Unforgiveness, bitterness, and the like can be linked to illness and fatigue and stress, among others.

  Fasting will also defeat sexual addictions and demonic powers. He will remove great sins from people. In Matthew 17:21, Jesus said of that stubborn demon that “this kind does not come out except by prayer and fasting”, remember? Now, we do not have a fight against flesh and blood; but there is a spirit behind homosexuality. There is a spirit behind pornography. There is a spirit behind adultery. There is a spirit behind fornication. Those demon spirits of perversion manipulate and use people as puppets on strings. But fasting will break the demonic stronghold of sexual addictions, such as pornography, homosexuality, adultery, fornication, and lust.

God will also address your children, who are led astray and destroyed by the wiles of the enemy. In the book of Joel, God called for a holy fast; and He said: “And after this I will pour out my Spirit upon all flesh, and your sons and your daughters shall prophesy” (Joel 2:28). Many times, the rewards of fasting come after the fast, although occasionally the answers may come during the fast. Read the story of Hezekiah’s son, Manasseh, who became king of Judah (2 Chronicles 33:1-13). Manasseh was a wicked king whom God had warned many times, but to no avail. So the Assyrian army captured Hezekiah’s son, put a ring in his nose, bound him in chains, and took him to Babylon. In his despair, Manasseh cried out to God and humbled himself with fasting. The Bible says that God heard his plea and “restored him to Jerusalem, to his kingdom. Then Manasseh recognized that the Lord was God” (v. 13).

The scandals and corruption that make headlines and the gross perversion that is pervasive at all levels of society tell us how badly we need revival in this country. How much more should we as Christians devote ourselves to fasting and prayer?

  On your nineteenth day of fasting, remember:

◇Continue to drink water.
◇Pray for direction and strength.

◇ Document your thoughts in a journal.

Thoughts for your journal:

◇Think about what you would be willing to share with others today. How will you express your experience, and what has it meant to you in terms of your relationship with God? Prayer Focus for the 19th day: Revival

REVIVAL IS WHEN the earth is attacked by heaven. Revival is an amazing move of God that affects you in powerful ways. Revival is when you get closer to heaven than anything else on earth. We need revival in this country. We need heaven to attack earth with power. Therefore, as you near the end of your fast, pray for revival. Ask God to send the rain of his Spirit upon the earth to break hardened hearts and produce a harvest of souls. Cry for it like a desperate man cries for water in the desert. Our youth need revival. We need revival. The Church needs revival. In the past, great revivals were always preceded by periods of fasting and prayer. Don’t get tired, but stay strong in the power of His might!

Lord, I have heard of your fame; your works, Lord, leave me stunned. Perform them again in our days, make them known in our time; in your anger, keep in mind your mercy. —Habakkuk 3:2, NIV