El Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas. 2 TIMOTEO 4:17
Nada duele más que aquellos en quienes confiamos nos abandonen en momentos de aflicción. Por supuesto, hay muchas razones por las que otros pueden fallarnos: pueden sentirse inadecuados para ayudarnos, quizás teman los problemas o inconvenientes, tal vez están celosos de nosotros, o simplemente sean egocéntricos e insensibles. Aunque examinar la causa tal vez no borre nuestro dolor, puede ayudarnos a entender por qué se nos aconseja siempre que pongamos toda nuestra confianza en Dios.
Pablo comprendió esto. Mientras se hallaba en la cárcel, enfrentando una sentencia de muerte, escribió: «Ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon» (2 Timoteo 4:16). El apóstol que había sacrificado tanto y entregado su vida a muchos se hallaba sin consuelo o compañía terrenal. Sin embargo, Dios nunca lo decepcionó.
La buena noticia es que hoy, del mismo modo, el Señor le ofrece a usted su fortaleza y presencia. Aunque nadie entienda las luchas que enfrenta, o a pesar de que todos los demás lo abandonen, Dios está a su lado. Por tanto, no se desanime. Ame a quienes tiene a su alrededor y esté allí para ellos, pero ponga su confianza en el Señor. Él no lo dejará ni lo abandonará. Su Señor es siempre fiel para consolarlo y liberarlo sin importar lo que experimente.
Oración:
Jesús, gracias por permanecer fiel cuando otros me fallan. Me regocijo en que gracias a ti nunca estoy realmente solo. Amén.
ALWAYS WITH YOU
The Lord stood with me and strengthened me. 2 TIMOTHY 4:17
Nothing is more painful than being forsaken by those we trust during times of trouble. Of course, there are many reasons others may fail us: they may feel inadequate to help us, fear trouble or inconvenience, be jealous of us, or simply be self-centered and insensitive. Although examining the cause may not erase our pain, it can help us understand why we are always admonished to put our full trust in God.
Paul certainly understood this. As he sat in prison, facing a sentence of death, he wrote, “No one supported me, but all deserted me” (2 Timothy 4:16). The apostle who had sacrificed so much and poured his life into so many was bereft of earthly comfort or companionship. However, God never let him down.
The good news is that the Lord offers His strength and presence to you in the same way today. Even if no one understands your struggles or all others leave you, God is with you. So don’t be discouraged. Love those around you and be there for them, but put your trust in the Lord. He will never leave you or forsake you and is always faithful to comfort and deliver you regardless of what you face.
Prayer:
Jesus, thank You for remaining faithful when others fail me. I rejoice that because of You, I am never really alone. Amen.