Hebreos 9:12
Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
En hebreos 9:12 nos muestra que por el derramamiento de su propia sangre, Jesucristo efectuó nuestra redención. Al creer en la redención que Jesucristo efectuó por nosotros, somos salvos. Todos nuestros pecados son perdonados debido a que Jesús derramó su sangre por nosotros.
Así mismo nosotros debemos perdonar, ya que si no lo hacemos nuestro corazón se llenará de un espíritu rencoroso que es como un tumor maligno en el alma que se extiende como el cáncer. Y sin embargo, el Padre celestial ofrece un proceso seguro de sanidad para el corazón consumido por la amargura:
▪︎ Arrepentimiento: Asuma la responsabilidad por su espíritu no perdonador y pídale a Dios que le perdone por su resentimiento. También debe perdonar a quien le ofendió.
▪︎Olvido: Olvídese de cualquier expectativa de restitución, aunque sienta que la persona le debe algo.
▪︎Reconocimiento: Reconozca que el mal que le hizo la persona no fue simplemente doloroso y ofensivo, sino que esa conducta en última instancia aflige a Dios. El Señor es quien juzgará la ofensa y usted puede confiar en que Él le vindicará. Recuerde cuán a menudo Dios le perdona a usted. Usted no podrá disfrutar verdaderamente del gozo del perdón de Dios mientras no siga su ejemplo y perdone a los que le han ofendido. No permita que el cáncer de la amargura continúe en su corazón. La vida es mucho más dulce cuando el corazón es tierno y no está manchado.
Oración:
Rey de Gloria, fue tu preciosa sangre derramada por nuestra redención y nos regalaste vida eterna perdonando el pecado que nos condenaba, tuviste misericordia y te movió el gran amor hacia nosotros por eso es tu deseo que nosotros también podamos perdonar a quienes nos hacen mal así como tú lo hiciste y que no guardemos rencor que causa amargura en nuestros corazones, ayudanos precioso Rey a reconocer nuestra falta de perdón y que aprendamos a pedir perdón aquellos que han perjudicado nuestras vidas, entendiendo que el que juzga eres tú y no nosotros, que tu misericordia nos perdona dia con dia nuestros errores y faltas para los que con corazónes arrepentidos vienen hacia ti, en el nombre de Jesús, amén.
The forgiveness…
Hebrews 9:12
And not by the blood of goats or calves, but by his own blood, he entered the Holy of Holies once for all, having obtained eternal redemption.
In Hebrews 9:12 it shows us that by the shedding of his own blood, Jesus Christ accomplished our redemption. By believing in the redemption that Jesus Christ wrought for us, we are saved. All of our sins are forgiven because Jesus shed his blood for us.
Likewise, we must forgive, because if we do not, our heart will be filled with a spiteful spirit that is like a malignant tumor in the soul that spreads like cancer. And yet the heavenly Father offers a sure process of healing for the heart consumed by bitterness:
▪︎ Repentance: Take responsibility for your unforgiving spirit and ask God to forgive you for his resentment. You must also forgive the one who offended you.
▪︎Forgetfulness: Forget any expectation of restitution, even if you feel like the person owes you something.
▪︎Acknowledgment: Recognize that the wrong the person did to you was not simply painful and offensive, but that such behavior ultimately grieves God. The Lord is the one who will judge the offense and you can trust Him to vindicate you. Remember how often God forgives you. You cannot truly enjoy the joy of God’s forgiveness until you follow his example and forgive those who have offended you. Don’t let the cancer of bitterness continue in your heart. Life is much sweeter when the heart is tender and unstained.
Prayer:
King of Glory, it was your precious blood shed for our redemption and you gave us eternal life, forgiving the sin that condemned us, you had mercy and the great love moved you towards us that is why it is your wish that we too can forgive those who do us wrong like this as you did and that we do not hold a grudge that causes bitterness in our hearts, help us precious King to recognize our lack of forgiveness and that we learn to ask for forgiveness from those who have harmed our lives, understanding that the one who judges is you and not us, that your mercy forgives us day by day our mistakes and faults for those who with repentant hearts come to you, in the name of Jesus, amen.