Es peligroso preocuparse por lo que otros piensen de ti.
PROVERBIOS 29:25 (PAR)
El deseo de complacer a la gente es el otro lado de la moneda de la envidia. La envidia declara: «¡Debo ser como tú para ser feliz!». Los que quieren complacer a la gente afirman: «Debo caerte bien para ser feliz». Ambas trampas nos impedirán vivir una vida impulsada por un propósito y para la gloria de Dios.
El lado oscuro del deseo de aprobación es el temor a la desaprobación. Después de hablar con personas en más de cien países diferentes, he llegado a convencerme de que el temor a que otros nos critiquen o rechacen es la razón más común por la que nos desviamos del camino que Dios planeó para nosotros. Pienso que esta es la herramienta favorita de Satanás a fin de distraerte. Una vez que sabes con qué propósito fuiste creado, él te dice al oído: «Pero, ¿qué va a pensar la gente?». ¿Qué tal si no les gustan los cambios que realizas? ¿Qué tal si critican lo que dices o haces? ¿Qué tal si se burlan de lo que crees?
Este temor al rechazo a menudo es una fuerza tan abrumadora que retrocedemos ante lo que sabemos que es lo correcto que hay que hacer. Por eso la presión de los demás resulta tan efectiva para controlar lo que hacemos y decimos. Las presiones de nuestros amigos —ya sea en los estudios, el trabajo o nuestro barrio— se arraigan en el temor a la desaprobación o el rechazo. Cuando las instituciones escolares, los negocios o los gobiernos usan la «corrección política» a fin de sofocar la libertad que Dios nos ha dado para hablar y vivir según nuestra conciencia, se aprovechan de este temor.
Por supuesto, la Biblia repetidamente nos ordena que seamos considerados con los sentimientos de los demás. En los asuntos de conducta donde Dios concede gran libertad, «los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada». No es amor ignorar cómo nuestras decisiones afectan a otros. Pablo nos recuerda: «Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni tampoco muere para sí».
Sin embargo, la Biblia también nos advierte que no dejemos que el temor a la desaprobación nos impida hacer lo que sabemos que Dios quiere que hagamos. Proverbios 29:25 dice: «Temer a los hombres resulta una trampa». Otra traducción de este versículo afirma: «Es peligroso preocuparse por lo que otros piensen de ti».
La trampa de complacer a la gente tiene una mentira como carnada. La mentira es esta: «Si simplemente logro caerles bien a todos, ¡entonces seré feliz!». No obstante, esa mentira solo nos hará desdichados. No podemos vivir bajo el estrés constante de preocuparnos por lo que los demás piensen de nosotros. La Biblia declara: «No es bueno comer mucha miel, ni buscar honores para uno mismo».
Reflexión:
La Biblia nos advierte que no dejemos que el temor a la desaprobación nos impida hacer lo que sabemos que Dios quiere que hagamos.
DAY 42/Second part – The People-Pleaser Trap
Fearing people is a dangerous trap. PROVERBS 29:25 (NLT)
People-pleasing is the flip side of envy. Envy says, “I must be like you to be happy!” People-pleasing says, “I must be liked BY you to be happy.” Both traps will prevent us from living a purpose driven life for God’s glory.
The dark side of the desire for approval is the fear of disapproval. After talking with people living in over a hundred different countries, I have come to believe that fear of being criticized or rejected by others is the most common reason people get detoured from the path God planned for them. I believe it is Satan’s favorite tool to distract you. Once you know what you were created to do, he whispers, “But what will other people think?” What if they dislike the changes you make? What if they criticize what you say or do? What if they make fun of what you believe?
This fear of rejection is often such an overwhelming force that we back away from what we know is the right thing to do. It is why peer-pressure is so effective in controlling what we do and say. Peer pressures — whether at school, at work, in our neighborhood — is rooted in the fear of disapproval or rejection. When schools or businesses or governments use “political correctness” to stifle our God-given freedom to speak and live our conscience, they prey on this fear.
Of course, the Bible repeatedly commands us to be considerate of other’s feelings. In matters of behavior where God allows great freedom, “We may know that these things make no difference, but we cannot just go ahead and do them to please ourselves. We must be considerate of the doubts and fears of those who think these things are wrong.” It is unloving to ignore how our choices affect others. Paul reminds us, “For none of us lives to himself alone and none of us dies to himself alone.”
But the Bible also warns us not to let the fear of disapproval keep us from doing what we know God wants us to do. Proverbs 29:25 says, “It is dangerous to be concerned with what others think of you.” Another translation of this verse says, “Fearing people is a dangerous trap.”
The people-pleaser trap is baited with a lie. The lie is this: “If I can just get everyone to like me, then I’ll be happy!” But that lie will only make us miserable. We cannot live under the constant stress of worrying about what others think of us. The Bible says, “Too much honey is bad for you, and so is trying to win too much praise.”
Reflection:
The Bible warns us not to let the fear of disapproval keep us from doing what we know God wants us to do.
