04Mar • DÍA 34 • Mentalidad de siervo

Mi siervo Caleb… ha mostrado una actitud diferente y me ha sido fiel.

NÚMEROS 14:24 (NVI) 

La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús.

FILIPENSES 2:5 (NVI)

EL SERVICIO COMIENZA EN TU MENTE.

Para ser un siervo se requiere un cambio de pensamiento y actitudes. Dios está más interesado en por qué hacemos las cosas que en lo que hacemos. Las actitudes cuentan más que los hechos. El rey Amasías perdió el favor de Dios porque «hizo lo recto ante los ojos del Señor, aunque no de todo corazón».

Los siervos sirven a Dios pensando en cinco actitudes. Los siervos piensan más en otros que en sí mismos. Se enfocan en los demás, no en ellos mismos. Esto es verdadera humildad: no pensar menos de, sino menos en, nosotros mismos. Se olvidan de sí mismos. Pablo dijo: «Olvídense de ustedes mismos lo suficiente para que extiendan una mano ayudadora». Esto es lo que significa «perder tu vida», olvidarte de ti mismo para servir a otros. Cuando dejamos de enfocarnos en nuestras propias necesidades, comenzamos a advertir las que yacen a nuestro alrededor.

Jesús «se despojó a sí mismo tomando forma de siervo». ¿Cuándo fue la última vez que te olvidaste de ti mismo para beneficiar a alguien? No puedes ser siervo si estás lleno de ti mismo. Solo cuando nos olvidamos de nosotros mismos podemos hacer cosas que merecen ser recordadas.

Desafortunadamente, la mayoría de nuestro servicio a menudo es autogratificante. Servimos a otros para agradarles, ser admirados o lograr nuestras propias metas. Eso es manipulación, no ministerio. Todo el tiempo en lo que realmente hemos estado pensando es en nosotros mismos y cuán nobles y maravillosos somos. Algunas personas tratan de usar el servicio como una herramienta de negociación con Dios: «Haré esto por ti Dios, si haces algo por mí». Los verdaderos siervos no tratan de usar a Dios para sus propósitos. Dejan que él los use para los suyos. La cualidad de olvidarse de sí mismos, al igual que la fidelidad, es extremadamente excepcional. A pesar de todas las personas que Pablo conocía, Timoteo era el único ejemplo que señalaba. Pensar como siervo es difícil porque desafía el problema básico de mi vida: Yo soy, por naturaleza, egoísta. Pienso más en mí. Por eso es que la humildad es una lucha diaria, una lección que debo volver a aprender una y otra vez. La oportunidad de ser siervo me confronta docenas de veces al día, me dan la opción de decidir entre satisfacer mis necesidades o las de otros. La abnegación es el alma del servicio.

Reflexión:

Los verdaderos siervos no tratan de usar a Dios para sus propósitos. Dejan que él los use para los suyos.


DAY 34 • Thinking Like a Servant

My servant Caleb thinks differently and follows me completely.

NUMBERS 14:24 (NCV)

Think of yourselves the way Christ Jesus thought of himself.

PHILIPPIANS 2:5 (MSG)

SERVICE STARTS IN YOUR MIND.

To be a servant requires a mental shift, a change in your attitudes. God is always more interested in why we do something than in what we do. Attitudes count more than achievements. King Amaziah lost God’s favor because “he did what was right in the sight of the LORD, yet not with a true heart.”  Real servants serve God with a mind-set of five attitudes.

Servants think more about others than about themselves. Servants focus on others, not themselves. This is true humility: not thinking less of ourselves but thinking of ourselves less. They are self-forgetful. Paul said, “Forget yourselves long enough to lend a helping hand.”  This is what it means to “lose your life” — forgetting yourself in service to others. When we stop focusing on our own needs, we become aware of the needs around us.

Jesus “emptied himself by taking on the form of a servant.” When was the last time you emptied yourself for someone else’s benefit? You can’t be a servant if you’re full of yourself. It’s only when we forget ourselves that we do the things that deserve to be remembered.

Unfortunately, a lot of our service is often self-serving. We serve to get others to like us, to be admired, or to achieve our own goals. That is manipulation, not ministry. The whole time we’re really thinking about ourselves and how noble and wonderful we are. Some people try to use service as a bargaining tool with God: “I’ll do this for you God, if you’ll do something for me.” Real servants don’t try to use God for their purposes. They let God use them for his purposes.

Reflection:

Real servants don’t try to use God for their purposes. They let God use them for his purposes.