Día 31 – 3ra parte • Entiende tu FORMA

Recuerden al Señor su Dios, porque él es quien les da la habilidad de producir riquezas.

DEUTERONOMIO 8:18 (NVI)

Lo que soy capaz de hacer, eso es lo que Dios quiere que haga. Tú eres la única persona en la tierra que puede usar tus habilidades. Nadie puede jugar tu papel, porque nadie más tiene la forma única que Dios te ha dado. La Biblia dice que Dios te equipó «con todo lo que necesitas para hacer su voluntad».8 A fin de descubrir la voluntad de Dios para tu vida, debes examinar seriamente en qué eres bueno y en qué no. Si Dios no te dio habilidad para entonar una melodía, seguro que no espera que seas cantante de ópera. Él nunca te pedirá que dediques tu vida a una tarea para la que no tengas talento. Por otra parte, las habilidades que tienes son señales fuertes de lo que Dios quiere que hagas en tu vida. Hay indicios que te permiten conocer cuál es la voluntad de Dios para ti. Si eres bueno diseñando, o reclutando, o dibujando u organizando, es muy seguro asumir que el plan de Dios para tu vida incluye esa habilidad de alguna manera. Dios no desperdicia recursos, él preparará nuestro llamado según nuestras capacidades.

Tus recursos no te fueron dados para subsistir, Dios te los dio para tu ministerio. Pedro dijo: «Dios les ha dado a cada uno de ustedes algunas habilidades especiales; asegúrense de usarlas para ayudarse cada uno, compartiendo con otros los muchos tipos de bendiciones de parte de Dios».

En este momento, cerca de siete mil personas están usando sus habilidades ministeriales en la Iglesia Saddleback, proveyendo los mas variados tipos de servicio que te puedas imaginar: reparando carros donados para dárselos a los necesitados, haciendo los mejores convenios para las compras de la iglesia, en la jardinería, organizando archivos, diseñando arte, elaborando programas, construyendo, proveyendo cuidados de salud, preparando comidas, componiendo canciones, enseñando música, escribiendo grandes propuestas, entrenando equipos, haciendo investigaciones para sermones o traduciéndolos, y llevando a cabo cientos de otras tareas especializadas. A los nuevos miembros se les dice: «¡Cualquier cosa que hagas bien, debes ponerla al servicio de tu iglesia!».

Reflexión:

Lo que eres capaz de hacer, eso es lo que Dios quiere que hagas. Nadie puede desempeñar tu papel, porque nadie más tiene la forma única que Dios te ha dado.


DAY 31/Third part • Understanding Your Shape

Remember the LORD your God, for it is he who gives you the ability to produce wealth.

DEUTERONOMY 8:18 (NIV)

What I’m able to do, God wants me to do. You are the only person on earth who can use your abilities. No one else can play your role, because they don’t have the unique shape that God has given you. The Bible says that God equips you “with all you need for doing his will.” 8 To discover God’s will for your life, you should seriously examine what you are good at doing and what you’re not good at.

If God hasn’t given you the ability to carry a tune, he isn’t going to expect you to be an opera singer. God will never ask you to dedicate your life to a task you have no talent for. On the other hand, the abilities you do have are a strong indication of what God wants you to do with your life. They are clues to knowing God’s will for you. If you’re good at designing or recruiting or drawing or organizing, it is a safe assumption that God’s plan for your life includes that skill somehow. God doesn’t waste abilities; he matches our calling and our capabilities.

Your abilities were not given just to make a living; God gave them to you for your ministry. Peter said, “God has given each of you some special abilities; be sure to use them to help each other, passing on to others God’s many kinds of blessings.”

At this writing, nearly 7,000 people are using their abilities in ministry at Saddleback Church, providing every kind of service you could imagine: repairing donated cars to be given to the needy; finding the best deal for church purchases; landscaping; organizing files; designing art, programs, and buildings; providing health care; preparing meals; composing songs; teaching music; writing grant proposals; coaching teams; doing research for sermons or translating them; and hundreds of other specialized tasks. New members are told, “Whatever you’re good at, you should be doing for your church!”

Reflection:

What you’re able to do, God wants you to do. No one else can play your role, because they don’t have the unique shape that God has given you.