DÍA 26/6ta Parte – Crecimiento a través de la tentación

Llámame cuando estés angustiado; yo te libraré, y tú me honrarás.

SALMO 50:15 (PAR)

Pídele ayuda a Dios. El cielo tiene una línea abierta para las emergencias las veinticuatro horas del día. Dios quiere que le pidas ayuda para superar la tentación. Él dice: «Llámame cuando estés angustiado; yo te libraré, y tú me honrarás».

Yo le llamo a esto una oración «microondas», porque es rápida y va al punto: ¡Socorro! ¡SOS! ¡Ayuda! Cuando la tentación azota, no hay tiempo para mantener una conversación larga con Dios; simplemente clamamos a él. David, Daniel, Pedro, Pablo y otros millones han orado este tipo de plegaria instantánea pidiendo ayuda en medio de los problemas.

La Biblia garantiza que nuestro clamor por ayuda será oído porque Jesús se solidariza con nuestras luchas. Él enfrentó las mismas tentaciones que nosotros. Él «entiende nuestras debilidades, porque enfrentó todas las mismas tentaciones que nosotros, sin embargo, no pecó».

Si Dios está esperando para ayudarnos a derrotar la tentación, ¿por qué no nos volvemos a él más a menudo? ¡A decir verdad, a veces no queremos que nos ayude! Preferimos ceder a la tentación aunque sabemos que es malo. En ese momento pensamos que sabemos más que Dios lo que es mejor para nosotros.

En otros momentos nos avergonzamos de pedirle ayuda porque seguimos cediendo a la misma tentación una y otra vez. Pero Dios nunca se irrita, no se aburre ni se impacienta cuando seguimos recurriendo a él. La Biblia dice: «Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos».

El amor de Dios es eterno, y su paciencia es para siempre. Si tienes que clamar pidiéndole ayuda a Dios doscientas veces al día para derrotar cierta tentación en particular, él estará más que dispuesto a brindarte su misericordia y su gracia, así que acércate a él con confianza. Pídele que te dé poder para hacer lo correcto y luego espera que te lo proporcione.

Las tentaciones nos mantienen dependiendo constantemente de Dios. Así como las raíces crecen más firmes cuando el viento arrecia contra un árbol, cada vez que resistes una tentación te asemejas más a Jesús. Cuando tropieces —y tropezarás— no pienses que es una fatalidad. En lugar de ceder o rendirte, mira hacia Dios, aguarda a que él te ayude, y recuerda la recompensa que te espera: «Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman».

DÍA 26

Pensando en mi propósito

PUNTO DE REFLEXIÓN: Cada tentación es una oportunidad para hacer el bien.

VERSÍCULO PARA RECORDAR: «Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman». Santiago 1:12 (NVI).

PREGUNTA PARA CONSIDERAR: ¿Qué cualidad del carácter de Cristo puedo desarrollar si derroto la tentación más común que enfrento?


DAY 26/ Sixth part – Growing through Temptation

“Call on me in times of trouble. I will rescue you, and you will honor me,” says the Lord.

PSALM 50:15 (GWT)

Request God’s help. Heaven has a twenty-four-hour emergency hotline. God wants you to ask him for assistance in overcoming temptation. He says, “Call on me in times of trouble. I will rescue you, and you will honor me.” 

I call this a “microwave” prayer because it is quick and to the point: Help! SOS! Mayday! When temptation strikes, you don’t have time for a long conversation with God; you simply cry out. David, Daniel, Peter, Paul, and millions of others have prayed this kind of instant prayer for help in trouble.

The Bible guarantees that our cry for help will be heard because Jesus is sympathetic to our struggle. He faced the same temptations we do. He “understands our weaknesses, for he faced all of the same temptations we do, yet he did not sin.”

If God is waiting to help us defeat temptation, why don’t we turn to him more often? Honestly, sometimes we don’t want to be helped! We want to give in to temptation even though we know it’s wrong. At that moment we think we know what’s best for us more than God does.

At other times we’re embarrassed to ask God for help because we keep giving in to the same temptation over and over. But God never gets irritated, bored, or impatient when we keep coming back to him. The Bible says, “Let us have confidence, then, and approach God’s throne, where there is grace. There we will receive mercy and find grace to help us just when we need it.”

God’s love is everlasting, and his patience endures forever. If you have to cry out for God’s help two hundred times a day to defeat a particular temptation, he will still be eager to give mercy and grace, so come boldly. Ask him for the power to do the right thing and then expect him to provide it.

Temptations keep us dependent upon God. Just as the roots grow stronger when wind blows against a tree, so every time you stand up to a temptation you become more like Jesus. When you stumble — which you will — it is not fatal. Instead of giving in or giving up, look up to God, expect him to help you, and remember the reward that is waiting for you: “When people are tempted and still continue strong, they should be happy. After they have proved their faith, God will reward them with life forever.” 

DAY 26

Thinking about My Purpose

POINT TO PONDER: Every temptation is an opportunity to do good.

VERSE TO REMEMBER: “God blesses the people who patiently endure testing. Afterward they will receive the crown of life that God has promised to those who love him.” JAMES 1:12 (NLT)

QUESTION TO CONSIDER: What Christlike character quality can I develop by defeating the most common temptation I face?